jueves, 4 de junio de 2015

¿Aumentan ciertos medicamentos el riesgo de asesinato?: MedlinePlus en español

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¿Aumentan ciertos medicamentos el riesgo de asesinato?

Un estudio europeo sobre los homicidios encuentra que los antidepresivos no se vinculan de forma firme con la violencia, pero los analgésicos quizá sí
     
Traducido del inglés: martes, 2 de junio, 2015
Imagen de noticias HealthDay
LUNES, 1 de junio de 2015 (HealthDay News) -- Aunque la atención de los medios de comunicación se ha centrado en un supuesto vínculo entre los antidepresivos y la violencia, un nuevo estudio europeo sugiere que esos medicamentos apenas presentan una asociación débil con el homicidio.
Pero los investigadores encontraron que hay evidencias algo más firmes de que algunas personas que toman analgésicos recetados (como OxyContin, Vicodin e incluso medicamentos para la migraña) podrían tener más probabilidades de homicidio.
Lo mismo sucede con unos sedantes recetados llamados benzodiacepinas, que incluyen a fármacos como Valium, Xanax y Ativan.
Los hallazgos, que aparecen en la edición del 1 de junio de la revista World Psychiatry, no prueban que los analgésicos ni los sedantes lleven a ciertas personas al asesinato, enfatizaron los expertos.
Pero deberían ofrecer cierta tranquilidad sobre la seguridad de los antidepresivos en este tema, según el investigador líder, el Dr. Jari Tiihonen, del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia.
Los medios noticiosos se han enfocado en el posible rol de los antidepresivos en varios asesinatos masivos muy notorios, como los tiroteos escolares en Estados Unidos y otros lugares, comentó Tiihonen.
Pero en lo que respecta a la ciencia, ha habido poca evidencia de que los fármacos conlleven tal riesgo. Y los nuevos hallazgos concuerdan, según Tiihonen.
El nuevo estudio se basó en los expedientes de casi 960 adultos y adolescentes finlandeses condenados por homicidio entre 2003 y 2011. El equipo de Tiihonen encontró que las probabilidades de cometer un homicidio eran un 31 por ciento más altas en los periodos en que los infractores tomaban antidepresivos, frente a los momentos en que no los tomaban.
Pero aunque ese aumento relativo podría parecer alto, en realidad representa un cambio pequeño en un riesgo que ya es bastante bajo, dijeron los investigadores.
Y cuando se enfocaron en los infractores menores de 26 años, el grupo en que las preocupaciones sobre los antidepresivos son mayores, no hubo ninguna conexión entre los medicamentos y el riesgo de homicidio.
"Creo que podemos concluir que los antidepresivos no son tratamientos peligrosos en este aspecto", dijo Tiihonen.
Dos psiquiatras de EE. UU. que revisaron el estudio se mostraron de acuerdo.
Es "muy difícil" diferenciar los efectos potenciales de un fármaco de una variedad de factores distintos que fomentan la conducta violenta, comentó el Dr. Michael First, profesor clínico de psiquiatría de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"Pero este estudio sugiere que si hay un riesgo [de homicidio] asociado con los antidepresivos, es muy bajo", dijo First.
Ningún medicamento convertiría a una persona normalmente no agresiva en un asesino, comentó el Dr. Alan Manevitz, psiquiatra clínico del Hospital Lenox Hill, también de la ciudad de Nueva York.
Explicó que, en lugar de eso, es posible que un fármaco con unos efectos cerebrales particulares pueda ser el punto de inflexión para ciertos individuos tendientes a la violencia.
Tanto Manevitz como First dijeron que tiene sentido que las benzodiacepinas, usadas para la ansiedad y el insomnio, se asocien con un mayor riesgo de homicidio. El estudio mostró un riesgo elevado, en un 45 por ciento. El riesgo se duplicó en las personas menores de 26 años. Eso se debe a que los fármacos pueden tener efectos "de desinhibición" en el cerebro, lo que significa que quizá el control usual de los impulsos de la persona se reduzca.
En alguien que ya tiene problemas de agresividad, eso podría ser peligroso, señaló Manevitz.
First anotó que ya se sabe que los sedantes conllevan graves riesgos, como dependencia si se usan a largo plazo. También se han vinculado con la demencia en los adultos mayores.
"Creo que este estudio provee todavía otro mensaje de advertencia sobre estos fármacos", enfatizó First.
Tanto First como Manevitz comentaron que los médicos deben tener cuidado al recetar sedantes a personas con problemas con la ira o el control de los impulsos.
Por el contrario, la conexión entre los analgésicos y el homicidio no se explica con facilidad, y Tiihonen apuntó que requiere de más estudio.
Su equipo encontró que cuando los infractores tomaban recetas válidas de analgésicos opiáceos, como OxyContin y Vicodin, las probabilidades de que cometieran un homicidio más o menos se duplicaban, frente a los periodos en que no tomaban los fármacos.
Pero aunque el estudio examinó las recetas, el abuso de los opiáceos es común, según Manevitz. Y añadió que es difícil saber si las personas de este estudio abusaban de las drogas o tenían otros factores de riesgo de la conducta violenta que podrían explicar la asociación con los opiáceos.
Los investigadores tomaron en cuenta los factores en riesgo que pudieron, señaló Manevitz, pero tomarlos todos en cuenta resulta imposible.
Además, hubo otro hallazgo desconcertante. Los analgésicos no opiáceos, como los medicamentos para las migrañas y el acetaminofén recetado, se vincularon con un aumento del triple en el riesgo de homicidio.
"El motivo no está claro", dijo First.
En cuanto a los antidepresivos, señalaron, el pequeño riesgo observado en este estudio se debe equilibrar con respecto a los beneficios potenciales para las personas que sufren de depresión grave.
"Hay una percepción popular de que los antidepresivos se asocian con la violencia, y algunas personas quizá piensen que se trata de un riesgo alto que afecta a toda la población", planteó First. "Este estudio ofrece cierta tranquilidad de que no es así".

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Jari Tiihonen, M.D., Ph.D., professor, clinical neuroscience, Karolinska Institute, Stockholm, Sweden; Michael First, M.D., professor, clinical psychiatry, Columbia University Medical Center/New York State Psychiatric Institute, New York City; Alan Manevitz, M.D., clinical psychiatrist, Lenox Hill Hospital, New York City; June 1, 2015, World Psychiatry online
HealthDay
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