lunes, 27 de abril de 2015

Tango: el ritmo de cuatro tiempos que le sienta bien al cerebro - DiarioMedico.com

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ESTIMULACIÓN CEREBRAL

Tango: el ritmo de cuatro tiempos que le sienta bien al cerebro

La estimulación cerebral de la danza induce la segregación de endorfinas y serotonina. Los alumnos mejoran sus posturas corporales y alilvian desequilibrios emocionales.
Julia Gutiérrez. Málaga | dmredaccion@diariomedico.com   |  27/04/2015 00:00
 
 

Ejercicios de baile
Ejercicios de baile en la Academia Swing, de Fuengirola. (Julia Gutiérrez)
El cerebro funciona en un ritmo de cuatro por cuatro. Igual que la estructura musical del tango. Los cuatro tiempos del cerebro son el impulso/estímulo, la acción del hipotálamo, la respuesta del organismo y el feedback de funcionar bien cuando recibe algo que le gusta. Cuando se baila tango, la estimulación cerebral induce la segregación de endorfinas y serotonina. El primero de estos dos neurotransmisores funciona como un analgésico natural que protege del dolor, el sufrimiento y el cansancio. Por su parte, la serotonina está considerada como la hormona de la felicidad y el sueño reparador.
"Además de la parte motora, todo el sistema simpático y parasimpático, el cerebelo y el sistema límbico, se interesan por el movimiento y la música", explica Mercedes Carrasco Mairena, psicóloga e inspectora médica de la Junta de Andalucía. "Hay que sentir la música para que la danza sea efectiva, y el tango tiene ese componente de emoción que lo hace posible y no está en otras danzas, más focalizadas hacia la mera diversión", dice.
"No solo la letra, sino también los instrumentos y la composición musical son los responsables de que el organismo reaccione de una forma determinada". En este sentido, "la música del tango activa la función cerebral porque cuenta con todos los componentes necesarios: la parte emocional, el equilibrio y la coordinación", según Carrasco.
Explica que, con la danza, "el cerebro se activa y utiliza todo lo que está a su servicio" para conseguirlo. "Es nuestro órgano vital y, por lo tanto, todo lo que beneficia al cerebro repercute de forma positiva en el cuerpo". Entre otras cosas, "bailar es depurativo, ya que hace que se eliminen neurotoxinas", sustancias exógenas neurológicamente dañinas. De igual forma, Carrasco afirma que contribuye a "ralentizar el envejecimiento". Atendiendo a estas y otras máximas, Javier Juárez imparte clases de tango desde hace más de veinte años.
Beneficios reales
Este instructor cuenta con innumerables experiencias de alumnos que "han mejorado desde una corrección postural de la columna hasta desequilibrios emocionales que les impedían manifestar su verdadera personalidad en su entorno social". 
Victoria padece fibromialgia y acude a las clases de Juárez en la Academia Swing de Fuengirola. "Mientras bailo no siento el dolor. Cuando estoy parada me duele mucho más", relata. Victoria, que además practicó otros bailes, comenta que "la corrección postural de la espalda es más notoria en el tango que en otras danzas". Su marido, José, tiene limitación funcional de columna y trastorno cognitivo. Asiste con ella a las clases y manifiesta que con el tango tiene "menos dolor y mejor coordinación de movimientos".
Las funciones del tango
Bailarín, coreógrafo y anatomista, Juárez plantea un aprendizaje que unifica la anatomía y la salud con el conocimiento de la técnica del baile, un sistema exclusivo de trabajo que denomina "las cuatro funciones del tango": conexión y abrazo, anatomía en dinámica, musicalidad/escucha e intuición (danzar con el hemisferio derecho del cerebro).
"En el apartado de conexión y abrazo todo se desarrolla como un paseo en el que emisor y receptor no pierden contacto. En la anatomía en dinámica se propone la elongación, deslizamiento, disociación, hiperextensión del torso, cadera, articulaciones, eje longitudinal y columna, a partir del estímulo musical y el apoyo del compañero. El tercer paso -escucha y danza interior- consiste en ser receptivo a la música y al compañero, tratando de contener el movimiento exterior y de dar prioridad a la escucha rítmica interna en un abrazo cerrado". En la cuarta fase "se hace hincapié en la intuición: sentir la cinética para unificar movimiento y estado emocional con el compañero. Una libertad desde la escucha activa y una relación de sensaciones sin contacto físico aparente", dice Juárez, cuya investigación para este sistema tuvo en cuenta los cuatro tiempos cerebrales.

Un gran refuerzo para la autoestima

Eduardo González Coeto, licenciado en Medicina por la Universidad Autónoma de México y psicoterapeuta en Biorresonancia Quántica, considera que bailar tango "puede venir bien a personas con la autoestima baja, con problemas de contacto, para personas tímidas, o con bloqueos para expresar emociones".
La psicóloga Mercedes Carrasco coincide con esta opinión. "La danza es un lenguaje corporal, por lo que las personas tímidas no necesitan hablar y encuentran una forma de relacionarse con los demás". Quienes tienen una autoestima baja ven rápidamente los resultados de bailar tango: "Te mueves con soltura y dejas de sentirte torpe. Al mirarte en el espejo, te dan más ganas de arreglarte porque te empiezas a gustar más". No en vano, "la música de tango se relaciona con la parte seductora de los lóbulos del cerebro", según González Coeto, para quien "las emociones y los sentimientos pueden afectar a la comunicación". Tal vez por eso, muchos solitarios se refugian en esta danza. "Con el tango no te sientes solo porque compartes un eje común con la pareja, con la que ganas una mayor conexión", dice José, alumno de Javier Juárez.

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