jueves, 2 de abril de 2015

El ejercicio en las madres de edad avanzada reduce el riesgo de defectos cardíacos en crías de ratón - JANO.es - ELSEVIER

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PUBLICADO EN 'NATURE'

El ejercicio en las madres de edad avanzada reduce el riesgo de defectos cardíacos en crías de ratón

JANO.es · 01 abril 2015 19:00
Un estudio con roedores muestra que las hembras de más edad, incluso con ovarios jóvenes, tenían crías con mayores tasas de problemas congénitos.
Un estudio realizado por expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis, Estados Unidos, ha demostrado en ratones hembra de edad avanzada que el ejercicio reduce el riesgo de que su descendencia presente defectos congénitos del corazón. El trabajo, que se publica en Nature, también sugiere que el aumento de este trastorno cardíaco está ligado a la edad de la madre y no a la edad de sus óvulos.

El riesgo de que un humano o un ratón lactante desarrollen este trastorno se debe a una compleja interacción de genes paternos, así como los efectos ambientales experimentados por el embrión. Las mutaciones genéticas son conocidas por aumentar el riesgo de desarrollar un corazón que forma de manera anormal válvulas, vasos o cámaras, o agujeros entre las cámaras. Sin embargo, personas con antecedentes familiares de enfermedad cardíaca congénita o mutaciones conocidas poseen corazones normales y las madres de más edad suelen tener hijos sanos.

"Nos interesa entender por qué ciertos individuos que están expuestos a una causa conocida de la enfermedad cardíaca congénita -ya sea genética o ambiental- escapan del trastorno y otros no", señala el autor principal, Patrick Y. Jay, profesor asociado de Pediatría.

"Estudiamos los ratones con una mutación que aumenta el riesgo de defectos en el corazón (no todos los ratones que presentan la mutación tienen este defecto) Durante los últimos diez años, hemos estado tratando de averiguar los factores genéticos y ambientales que podrían influir en esta probabilidad", relata Jay.

El trabajo anterior del laboratorio de Jay había demostrado que las madres de ratones de edad avanzada tienden a parir crías con mayores tasas de defectos congénitos del corazón en comparación con las madres más jóvenes. "La sabiduría convencional dice que este aumento del riesgo visto a las madres de mayor edad es por los óvulos maduros", señala este experto.

Para examinar la cuestión del envejecimiento de los óvulos, Jay y sus colegas llevaron a cabo un experimento relativamente simple. Trabajando en ratones hembra genéticamente propensas a tasas relativamente altas de defectos congénitos del corazón, los científicos tomaron ovarios de hembras de mayor edad y los trasplantaron en las más jóvenes. Del mismo modo, colocaron los ovarios de las más jóvenes en madres mayores.

Los expertos analizaron la descendencia para determinar si las tasas más altas de defectos cardíacos se producían en función de la edad de las madres o la edad de los ovarios. "Descubrimos que las tasas iban exactamente con la edad de la madre", afirma Jay; "es decir, los ratones hembra jóvenes con ovarios viejos tenían descendencia con bajas tasas de defectos del corazón, similar a los descendientes de hembras ratones jóvenes con ovarios jóvenes".
A más edad, mayor riesgo
Las hembras de más edad, incluso con ovarios jóvenes, tenían crías con mayores tasas de defectos del corazón, similar a los ratones hembra más viejos con ovarios mayores. En un esfuerzo por identificar las posibles causas de riesgo asociado a la edad de las cardiopatías congénitas, Jay y su equipo analizaron la dieta. "Sabíamos que la obesidad y la diabetes contribuyen a la enfermedad cardiaca congénita en las personas y que el riesgo de estas enfermedades metabólicas aumenta a medida que sube la edad -explica-. Por eso, sometimos a los ratones a una dieta alta en grasas".

A pesar de convertirse en obesas y diabéticas, estas madres ratón no tenían un mayor riesgo de tener hijos con un aumento de defectos cardíacos. Teniendo en cuenta la probabilidad de que la salud metabólica era importante para el desarrollo de embriones sanos, Jay y sus colegas analizaron el ejercicio. "Les dimos a los ratones acceso a ruedas de rodadura, como las de las tiendas de animales, y dejamos que corrieran", expone.

Esta vez, los investigadores encontraron que el riesgo de defectos cardíacos en las crías de madres de más edad se redujo del 20% de las madres sedentarias al 10% de las que hicieron ejercicio. No vieron un efecto significativo del ejercicio de las madres más jóvenes, con tasas de un 10%, independientemente de la actividad física.

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