miércoles, 22 de abril de 2015

Coinfección VHC y VIH gravan sobrevida en el injerto hepático - DiarioMedico.com

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DIFÍCIL DE MEJORAR

Coinfección VHC y VIH gravan sobrevida en el injerto hepático

En los últimos años ha surgido un debate, en coinfectados la supervivencia del injerto y del paciente es significativamente baja.
Valeria Galiano. Zaragoza   |  22/04/2015 00:00
 
 

El número de personas afectadas por el virus de la hepatitis C (VHC) es más numeroso del esperado: entre el 0,5 al 2 por ciento de la población es VHC positivo. De estos, "el 80 por ciento tienen hepatitis crónica y el 20 por ciento cirrosis, que puede degenerar en hepatocarcinoma, donde la única alternativa es el trasplante hepático", ha explicado Gloria de la Rosa, médico adjunto de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que ha participado en la XII Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes y profesionales de la comunicación, en Zaragoza.
Una de las cuestiones para efectuar un trasplante en pacientes con cirrosis o hepatocarcinoma VHC positivas es elegir el momento idóneo para llevarlo a cabo. Normalmente, se empieza a pensar en la posibilidad de realizarlo cuando la supervivencia es menor de un año y cuando la calidad de vida está muy deteriorada.
De la Rosa ha recordado que la recidiva de la infección por VHC es universal. "La historia del VHC se acelera por el tratamiento inmunosupresor. Hay que tener en cuenta que los fármacos antivirales tienen menos eficacia. En los pacientes VHC positivos los resultados del trasplante de hígado son peores, ya que el virus en sí es un factor de mal pronóstico".
Población prioritaria 
Con la Estrategia Nacional del Tratamiento de la Hepatitis C puede que cambie esta situación, ya que el Sistema Nacional de Salud ha incluido como población prioritaria tanto a los ya trasplantados como a los que se encuentran en lista de espera. "Se intentará así prevenir la recidiva en el injerto gracias a los nuevos fármacos. De esta forma, se pretende evitar el retrasplante, ya que la nueva pauta terapéutica mejora supervivencia del injerto y del paciente".
Agustín Albillos, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, ha dejado claro que con el trasplante se cura la enfermedad, no la infección. El paciente se trasplanta, aumenta la viremia y a los cuatro meses se produce la hepatitis aguda.
Evolución del injerto 
Lo que no se puede negar es que a largo plazo aparece fibrosis hepática en casi todos los trasplantados. Por eso, el primer año tras la recepción del injerto es importante el tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo, pero éste no es favorable para controlar la infección.
Dos factores que influyen significativamente en la evolución del trasplante en pacientes con VHC son la edad y la coinfección VIH. En los últimos años ha surgido un debate sobre este tema, ya que en coinfectados la supervivencia del injerto y del paciente es significativamente inferior. "Pero si el paciente solo tiene VIH, la supervivencia no es distinta a la de un sujeto que recibe un hígado y no tiene VIH. Por eso, la coinfección es la que grava la supervivencia".
Albillos ha comentado que se tiende a un mejor manejo de los inmunosupresores y a disminuir la viremia antes del trasplante. Las estrategias tradicionales conseguían una tasa de curación no superior al 40 por ciento. La evolución de los tratamientos ha llegado a unos protocolos y estrategias en los que la eficacia ha aumentado.

Incógnitas: lista de espera y terapia viral

El tratamiento en lista de espera del trasplante se hacía con inhibidores de la proteasa de primera generación más interferón. "En el estudio CUPIC se observaron efectos adversos graves en el 54 por ciento de los pacientes, en el 20 por ciento se tuvo que retirar la medicación y el 2 por ciento falleció; el resto presentó efectos adversos graves", ha indicado Agustín Albillos. No obstante, se trata de una población poco estudiada y que se encuentra muy descompensada. Se ha visto que se tiene que llegar al trasplante sin viremia, pero aún se desconoce el tiempo que tiene que pasar hasta que se puede hacer el trasplante.
Por eso, los especialistas han señalado que una de las incógnitas que surgen es cuándo se debe iniciar el tratamiento y si se puede trasplantar mientras se está recibiendo el tratamiento antiviral.
En algunos casos, una vez que se ha efectuado el trasplante pueden aparecer problemas de interacciones farmacológicas y no se sabe qué cambios pueden favorecer el tratamiento antiviral en el injerto.

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