sábado, 14 de marzo de 2015

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Limitar el tiempo de ingesta de alimentos es beneficioso para la salud cardiaca



14-16/03/2015 - E.P.

Para proteger la salud del corazón a través de la dieta, no sólo es importante qué se come, sino también cuándo se come

Investigadores de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU) y el Instituto Salk para Estudios Biológicos, ambos en California, Estados Unidos, han encontrado que al limitar el periodo de tiempo durante el cual modelos experimentales podían comer, podrían prevenir problemas cardiacos relacionados con el envejecimiento y la dieta. También vieron que los genes responsables del ritmo circadiano del cuerpo son parte integral de este proceso, pero aún no están seguros de cómo.
Así, para proteger la salud del corazón a través de la dieta, no sólo es importante qué se come, sino que puede ser igual de relevante cuándo se ingiere. Trabajos anteriores han encontrado que las personas que tienden a comer más tarde en el día y la noche presentan una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades del corazón que las personas que dejan de comer antes.
El biológoco de la SDSU Girish Melkani, uno de los autores principales del trabajo, que se publica este jueves en 'Science', se asoció con Satchidananda Panda, un experto en ritmos circadianos en el Instituto Salk, para analizar si el cambio en los patrones de alimentación diarios de moscas de la fruta podría afectar a su salud cardiaca. La mosca de la fruta han sido utilizadas como organismos modelo para identificar la base genética de las patologías humanas, incluyendo la enfermedad cardiovascular.
En sus experimentos, se dio a un grupo de moscas de la fruta de dos semanas de edad una dieta estándar de harina de maíz y se le dejó comer durante todo el día, mientras a otro grupo se le permitió acceder a los alimentos sólo 12 horas al día. A lo largo de varias semanas, Melkani y su colega Shubhroz Gill, investigador postdoctoral en el laboratorio de Panda y ahora en el Instituto Broad en Boston, registraron la cantidad de comida que las moscas estaban tomando y probaron una batería de medidas de salud relacionadas con el sueño, el peso corporal y la fisiología del corazón.
Después de tres semanas, los resultados estaba claros: las moscas del horario de alimentación restringido a 12 horas durmieron mejor, no ganaron tanto peso y tenían corazones mucho más saludables que las que podían comer en cualquier momento, a pesar de que ingirieron cantidades similares de alimentos. Los investigadores observaron los mismos resultados después de cinco semanas.
"En experimentos muy tempranos, cuando comparamos las moscas de 5 semanas de edad, que fueron alimentados durante 24 horas o 12 horas, los corazones de estas últimas se encontraban en tan buena forma que pensamos que quizás nos habíamos equivocado incluyendo algunas más jóvenes de 3 semanas de edad en el grupo de más edad", relata Gill. "Tuvimos que repetir los experimentos varias veces para convencernos de que esta mejora realmente se debía a la alimentación de tiempo restringido", añade.
Además, otro conjunto de pruebas reveló que los beneficios de una dieta de tiempo restringido no eran exclusivos de las moscas jóvenes. Cuando los investigadores introdujeron estas restricciones de tiempo en la dieta de las moscas de mayor edad, sus corazones también se volvieron más sanos. "Incluso introduciendo la restricción de tiempo alimenticio muy tarde, todavía tiene algún beneficio", afirma Melkani, quien añadió que incluso persistió cierto grado de protección del corazón para las moscas que luego volvieron a comer cuando quisieron.
A continuación, los investigadores secuenciaron el ARN de las moscas en varios puntos para encontrar cuál de sus genes habían cambiado como resultado de la alimentación de tiempo restringido. Así, identificaron tres vías genéticas que parecen estar implicadas: chaperonina con TCP-1, que ayuda a las proteínas a plegarse; complejos de la cadena de transporte electrónico mitocondrial (metC); y un conjunto de genes responsables del ritmo circadiano del cuerpo.
Melkani y Gill repitieron sus experimentos utilizando cepas mutantes de moscas con versiones no funcionales de TCP-1 y los genes del ritmo circadiano. En estas moscas, el tiempo de alimentación restringida no concedió beneficios para la salud, fortaleciendo el hecho de que estas vías genéticas desempeñan un papel clave. Por el contrario, en las moscas mutantes con genes alterados metC mostraron una mayor protección contra el envejecimiento cardiaco.
Los resultados complementan anterior investigación de laboratorio que muestra los beneficios de la alimentación durante un tiempo restringido para la obesidad, las enfermedades metabólicas y la diabetes tipo 2 en los roedores. "En conjunto, estos resultados refuerzan la idea de que el patrón de alimentación diaria tiene un impacto profundo en el cuerpo y el cerebro", afirma Panda.
Gill subraya que existen algunos obstáculos antes de extrapolar esta investigación a los seres humanos. "Los humanos no consumen la misma comida todos los días -destaca--. Y nuestro estilo de vida es un factor determinante de cuándo podemos y no podemos comer. Pero por lo menos, nuestros estudios ofrecen algún contexto en el que deberíamos estar explorando estas preguntas en los seres humanos".
Melkani es optimista de que los resultados podrían un día traducirse en beneficios relacionados con la salud cardiaca y la obesidad en los seres humanos. "La restricción del tiempo de comida no requeriría que las personas cambien drásticamente su estilo de vida, sólo los momentos del día en los que comen --sugiere Melkani--. El mensaje entonces sería, por ejemplo, reducir los bocadillos por la noche".

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