viernes, 6 de marzo de 2015

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La paroxetina restaura la función miocardica en insuficiencia cardiaca





06/03/2015 - E.P.

Inhibe una enzima específica GRK2 que es un efecto secundario del fármaco

Un equipo dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Temple (TUSM), en Estados Unidos, ha detectado que un antidepresivo recetado comúnmente restaura la función del corazón en modelos experimentales con insuficiencia cardiaca, un hallazgo que podría llevar a ensayos clínicos en una enfermedad durante mucho tiempo considerada irreversible.
El equipo, dirigido por Walter J. Koch, PhD, de la Cátedra William Wikoff Smith en Medicina Cardiovascular y director del Centro de Medicina Traslacional en TUSM, encontró que el antidepresivo paroxetina revirtió la insuficiencia cardiaca en el modelo estudiado, como se informa en un artículo sobre el trabajo publicado en Science Translational Medicine. El efecto de la paroxetina no era por sus propiedades antidepresivas sino por la inhibición de una enzima específica que es un efecto secundario del fármaco.
"Esto podría abrir el camino a una nueva clase de terapias para una enfermedad para la que carecemos de intervenciones efectivas", augura Koch. "Como mínimo, la investigación sugiere que se podría considerar la prescripción de paroxetina en pacientes con insuficiencia cardiaca que también sufren de depresión clínica.
La reversión de la enfermedad se produjo a concentraciones de paroxetina similares a las encontradas en sangre de personas tratadas por depresión, aunque Koch advierte que lo que ocurre experimentalmente no es garantía de que se vaya a producir la misma respuesta en los seres humanos.
Más de medio millón de estadounidenses son diagnosticados con insuficiencia cardiaca cada año, y 5,1 millones viven con la enfermedad. Aunque el tratamiento ha mejorado significativamente en los últimos años con el uso de beta bloqueantes e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, una vez que comienza el deterioro del músculo cardiaco, no ha habido forma de revertirlo sin un trasplante. Aproximadamente la mitad de las personas con diagnóstico de insuficiencia cardiaca mueren dentro de los cinco años.
El presente estudio surge de dos décadas de investigación de Koch sobre una enzima llamada GRK2, cuyos niveles se elevan cuando el corazón está fallando. Investigaciones anteriores de Koch han demostrado el papel de GRK2 en la insuficiencia cardiaca. La investigación se basó en la manipulación genética para controlar los niveles de GRK2 y, cuando se disminuye GRK2 en diversos modelos experimentales, la insuficiencia cardiaca se invierte.
Koch señala que espera que el próximo año comiencen los ensayos clínicos de un enfoque de terapia génica para disminuir los niveles de GRK2. Pero paroxetina es la primera molécula pequeña que muestra una conversión con éxito y selectivamente de la actividad enzimática de GRK2, además de que ya se sabe que es segura en humanos, lo que supone una ventaja real.
El coautor del actual trabajo John J. G. Tesmer, del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, se topó con la paroxetina cuando estaba probando un procedimiento para el cribado de compuestos que afectan a GRK2 utilizando una serie de compuestos aprobados por la agencia norteamericana del medicamento (FDA). Sus análisis descubrieron que el antidepresivo inhibe la actividad de GRK2.
Los investigadores también probaron la paroxetina frente al beta bloqueante metoprolol, un estándar del tratamiento actual de la insuficiencia cardiaca. "Los efectos beneficiosos de la paroxetina eran mucho mayores que los de los beta-bloqueantes", sentencia Koch. Además, los investigadores  vieron efectos duraderos en el tratamiento con paroxetina, incluso después de que el modelo de estudio suprimiera el tratamiento tras cuatro semanas de ingesta del fármaco.
"La mejoría se mantuvo, subraya Sarah M. Schumacher, del Centro de Medicina Traslacional de Temple y del Departamento de Farmacología, así como autora principal del artículo. Creemos que reinicia el sistema. Detiene el círculo vicioso de la insuficiencia cardiaca y restaura la función básica".
La paroxetina también mejoró la contractilidad tras el infarto y la eficiencia restaurada se muestra a través de la medida de la presión ventricular izquierda diastólica final (LVEDP).

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