lunes, 16 de marzo de 2015

Enfermedades que viajan de Marte a Venus

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PECULIARIDAD EN LAS PATOLOGÍAS

Enfermedades que viajan de Marte a Venus

Aún falta concienciación sobre la incidencia y gravedad de alteraciones como el cáncer de pulmón en la mujer. En las enfermedades cardiovasculares, con la edad se produce un vuelco en el perfil de riesgo por sexos.
María R. Lagoa. S. Moreno | dmredaccion@diariomedico.com   |  16/03/2015 00:00
 
 
Diferencias entre sexos
Autor: Encuesta Nacional de Salud
El riesgo de aplicar a las enfermedades el estereotipo de los nativos de Marte y las de Venus es que se obvian factores (sociales y biológicos), que desde hace tiempo han propiciado viajes interplanetarios de algunas patologías. Buen ejemplo es el cáncer de pulmón, asociado típicamente a varones fumadores, pero que con la incorporación de la mujer al tabaquismo se empieza a feminizar.
  • Sólo el 1 por ciento de mujeres en una encuesta de la Asociación Americana de Pulmón sabía del peso del cáncer pulmonar en la mortalidad femenina
Ese mensaje aún no ha calado en la sociedad: una reciente encuesta de la Asociación Americana de Pulmón indica que sólo el 1 por ciento de las mujeres consideraba al cáncer pulmonar entre las primeras causas de mortalidad oncológica femenina, frente al 87 por ciento que reconocía así al cáncer de mama. Sin embargo, por primera vez la tasa de mortalidad por cáncer pulmonar en la mujer podría superar a la de mama en Europa, como anunciaba en enero un estudio de Annals of Oncology.
Ocurre también con la enfermedad cardiovascular, vinculada a los hombres, pese a que el riesgo se dispara entre las féminas al llegar a la menopausia y perder la protección de los estrógenos. "No es una enfermedad de hombres, sino también de mujeres; es más, la mortalidad es mayor en mujeres", enfatiza el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, José Ramón González Juanatey. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicados en febrero del 2015 y referidos a 2013, así lo evidencian. Ese año, la enfermedad cardiovascular fue la causa del óbito del 35,58 por ciento de las féminas fallecidas, mientras que en los hombres lo fue del 26,77 (la brecha es del 8,81 por ciento). González Juanatey matiza que la diferencia disminuye, si se corrige el cómputo por edad.
  • Los síntomas del infarto no difieren entre hombres y mujeres, pero éstas no los asocian con la misma rapidez, lo que redunda en un peor pronóstico
Con todo, subraya que las mujeres tardan más que los hombres en llegar al hospital, precisamente porque los varones están más concienciados y buscan atención médica al notar los síntomas: "Las mujeres no siempre sospechan una enfermedad cardiovascular, lo que implica que reciben el tratamiento necesario con retraso. El reto que tenemos es conseguir que pidan atención antes".
Por este motivo, la SEC tiene en marcha la campaña Mujeres por el corazón, para concienciar a las mujeres de que pueden sufrir estas patologías.
Con respecto al infarto, el presidente de la SEC ha calificado de "leyenda urbana" la creencia de que los síntomas son distintos en mujeres que en hombres. Lo que ocurre es que ellas no los asocian con el infarto y tienden a aguantar más antes de pedir ayuda médica, lo que empeora el pronóstico. Además, las mujeres tienen mayor tendencia a experimentar síntomas comunes como la falta de aire, náuseas, vómitos y dolor de espalda o mandíbula. Pero, en general, las manifestaciones clínicas son bastante parecidas; al igual que en los varones, el síntoma más común es el dolor en el pecho o malestar: una presión incómoda y/o sensación de dolor en el centro que puede durar unos minutos o desaparecer y aparecer.
La cuestión hormonal
A los cambios en el estilo de vida que han favorecido ciertas patologías en las mujeres, se añade de forma evidente la diferencia biológica, que influye en muchas enfermedades. Todo ello se ha de tomar en cuenta desde perspectivas asistenciales y de investigación. Como sucede con las enfermedades cardiovasculares, en la diabetes hay datos epidemiológicos que indican la presencia de complicaciones crónicas y agudas de la diabetes en las mujeres.
Algunas tan importantes como el infarto de miorcardio y el ictus tienen peor pronóstico en las pacientes con diabetes.
De hecho, la mortalidad asociada a complicaciones crónicas por diabetes en las mujeres es significativamente mayor que en los varones, como demuestran los investigaciones realizadas por la epidemióloga canadiense Rachel Huxley (Universidad de Queensland).
En The Lancet, un metanálisis publicado en 2014 sobre 800.000 diabéticos, donde se recogieron cerca de 13.000 eventos, reveló que las féminas con diabetes tipo 2 tenían un 30 por ciento más riesgo de ictus que los varones. 
También en The Lancet Diabetes & Endocrinology, el mes pasado, Huxley presentaba los datos de otro estudio sobre diabetes tipo 1 que revela que la diferencia en la tasa de mortalidad por cualquier causa en las mujeres respecto a los varones es de un 40 por ciento más; concretando, si es mortalidad por ictus, resulta un 37 por ciento mayor en mujeres, y si es por infarto de miocardio la cifra se eleva al 154 por ciento más en las pacientes.
Menopausia y diabetes
A esas investigaciones alude Fernando Gómez Peralta, de la Unidad de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital General de Segovia, y secretario de la Sociedad Española de Diabetes, para ilustrar el vuelco en el riesgo de diabetes y en otros factores como hipertensión y dislipemia que se produce a medida que la población envejece. "Esas alteraciones, vinculadas convencionalmente al varón, elevan su peligro en las mujeres a partir de la menopausia. Es algo que hemos de tener presente en el manejo de nuestras pacientes".
Además de las biológicas, Susana Monereo, jefe de Servicio de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), apunta que habría que analizar en detalle cuestiones psicosociales como el rol cuidador de las mujeres en las familias y cierta tendencia a adherirse peor a los tratamientos, entre otros factores que se entremezclan para explicar una realidad compleja.
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Los estudios clínicos buscan la perspectiva femenina

Los institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses han anunciado una inyección de 10 millones de dólares para explorar el efecto de ambos sexos en ictus y migraña. Aún resuena el eco de trabajos como los de Irving Zucker (Universidad de California, Berkeley) que alertaban sobre cómo en los estudios neurocientíficos se analizan cinco varones por cada mujer. Con todo, los especialistas consultados por DM coinciden en que la desigualdad en los ensayos se está corrigiendo. Así, surgen trabajos centrados en las pacientes, como el que ultima la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (Icapem). De forma preliminar, el estudio World07, expone la oncóloga Enriqueta Felip, sobre 2.000 mujeres con el tumor sugiere que la mutación en EGFR podría ser más común en ellas. También sobre diferencias, pero en el manejo de la diabetes, el estudio Ladydiab, de la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en AP, analizará a 140 enfermos y 1.500 profesionales.

Más predispuestas a reconocer los trastornos psicológicos

Diferentes estudios realizados en España ofrecen porcentajes de prevalencia de morbilidad psiquiátrica en las mujeres, que oscilan entre el 20 y el 34 por ciento, mientras que en los varones varían entre el 8 y el 21 por ciento. Iñaki Markez, psiquiatra de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), señala que la variable del sexo no establece diferencias significativas en cuanto a la prevalencia total, sino que éstas aparecen al analizar trastornos específicos: "A las mujeres se les diagnostican con mayor frecuencia trastornos relacionados con la ansiedad y la depresión, mientras que a los varones se diagnostican el abuso de sustancias y trastornos de personalidad".
Los psicofármacos se prescriben más a las mujeres. El estudio europeo Esamed lo confirma; en un artículo dirigido por Joseph María Haro, del Cibersam, se apunta que el 20 por ciento de las mujeres y el 11 por ciento de los hombres consumen benzodiacepinas. "El consumo es mayor en enfermedad mental (40 por ciento de los que sufren estas patologías las toman), pero no es ni mucho menos exclusivo de ellos", significa Ana González Pinto, de la Asociación Española de Psiquiatría.
Markez y González Pinto convienen en que las mujeres solicitan con mayor frecuencia apoyo médico ante un problema mental, por razones culturales; además, los varones suelen tener más resistencia a medicarse por un problema de esta índole.

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