Coordinación para el manejo integral de las gestantes

Los resultados de laboratorio orientan sobre alteraciones que concluyen en la atención integral a la embarazada.

Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es | 24/03/2015 17:23

Pilar Sánchez-Pobre, María Ángeles Cuadrado Cenzual,Miriam de la Puente

Pilar Sánchez-Pobre, de Digestivo; María Ángeles Cuadrado Cenzual, de Análisis Clínicos, y Miriam de la Puente, de la Unidad de Obstetricia; todas del Hospital Clínico de Madrid, durante la jornada. (Lenda)

VISTA:

El manejo y la coordinación multidisciplinar de la embarazada permite no sólo un control obstétrico exhaustivo de la madre y el bebé, sino que también puede controlar enfermedades no relacionadas con la gestación, que ya existían o que se presentan en ésta y que requieren una atención inmediata o un control a más largo plazo. Esta es la idea con la que se ha planteado la I Jornada sobre Alteraciones de Laboratorio y Embarazo, celebrada en el Hospital Clínico de Madrid y dirigida por Miriam de la Puente Yagüe, de la Unidad de Obstetricia del Instituto de Salud de la Mujer José Botella Llusiá; María Ángeles Cuadrado Cenzual, del Servicio de Análisis Clínicos, y Pilar Sánchez-Pobre Bejarano, del Servicio de Digestivo, todos del Clínico de Madrid.

A partir de un caso de colestasis intrahepática gestacional, estas profesionales elaboraron un protocolo que ofrecía una primera conclusión: "La patología obstétrica no afecta sólo a la obstetricia sino que es necesario aunar esfuerzos con otras especialidades porque una mujer puede ser gestante, pero también paciente en un momento dado", indica De la Puente.

Guión completo
Las alteraciones de laboratorio, diagnosticadas por los profesionales de Análisis Clínicos, son, en cierta forma, las que unifican a los especialistas. "El laboratorio interviene en la prevención de posibles alteraciones previas al embarazo o las que puedan surgir en sus diferentes etapas", indica Cuadrado.

Según Sánchez-Pobre, la coordinación es esencial porque la mujer embarazada es susceptible de tener enfermedades del embarazo, trastornos analíticos que son diferentes durante éste o complicaciones de otras patologías. "El enfoque de estas mujeres tiene que ser multidiciplinar y que las distintas especialidades coordinen entre sí sus conocimientos para disponer de un guión completo de las alteraciones analíticas de patología hematológica, endocrina o digestiva, entre otras". Además, según considera De la Puente, esta coordinación permite agilizar la realización de otras pruebas, ya que lo que se intenta es "unificar criterios y rentabilizar los métodos, materiales y humanos, para conseguirlo. Sobre todo, entender que la gestación son 40 semanas, pero después la mujer puede seguir teniendo una alteración, que se ha diagnosticado gracias al embarazo y que puede precisar un tratamiento por otros especialistas. De esta forma, es más fácil realizar un seguimiento posparto".

Las profesionales recalcan que la idea de esta coordinación es que el obstetra actúe como el médico de atención primaria del embarazo. Para Sánchez-Pobre, es importante el hecho de que como el obstetra centra a la paciente, éstas pueden beneficiarse de las últimas novedades en el manejo de una alteración, por ejemplo hematológica o endocrinológica, que pueda aportar el experto". Los resultados analíticos apoyan al diagnóstico y al seguimiento.