lunes, 30 de marzo de 2015

Aumenta la embolia pulmonar, pero disminuye su mortalidad - DiarioMedico.com

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ESTUDIO DE NEUMOLOGÍA

Aumenta la embolia pulmonar, pero disminuye su mortalidad

Un trabajo ha estudiado todos los casos españoles durante diez años. La estratificación pronóstica habría variado el patrón epidemiológico.
Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es   |  30/03/2015 00:00
 
 

Javier de Miguel
Javier de Miguel, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. (Lenda)
Profesionales del Servicio de Neumología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, han realizado un estudio pionero sobre epidemiología y evolución de los pacientes hospitalizados por embolia pulmonar en España. El trabajo, dirigido por Javier de Miguel, jefe de Sección de Neumología del citado hospital, se ha publicado en European Respiratory Journal. El estudio, que ha analizado la evolución de los pacientes en los últimos diez años, recoge datos de 115.671 altas hospitalarias producidas en hospitales públicos y privados durante ese periodo de tiempo.
Posibles razones 
Una de sus principales conclusiones es que "cada año hay más pacientes ingresados por embolia pulmonar. El porqué es un aspecto que intentamos aclarar", señala De Miguel. Pero hay un hecho paradójico: a pesar del aumento, "la mortalidad va disminuyendo". Este mismo patrón, según el neumólogo, se reproduce en países como Estados Unidos o Australia.
Explica que se han expuesto varias hipótesis para aclarar este fenómeno: "Los médicos estamos más sensibilizados sobre el diagnóstico de la enfermedad. Han mejorado las técnicas de diagnóstico, ya que cada vez hacemos más angio-TC, que es la prueba de referencia, y menos gammagrafías, que anteriormente se hacían mayoritariamente. Por último, también ha mejorado el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad".
El trabajo llevado a cabo en el Marañón indica que se ha pasado de 20,4 casos por cien mil habitantes en el año 2002 a 32,7 casos por cien mil habitantes en el 2011. La mortalidad, sin embargo, ha disminuido desde un 12,9 por ciento en el año 2002 hasta un 8,3 por ciento en el 2011. En este momento, los expertos valoran cuál de las hipótesis es la responsable directa del cambio en el patrón epidemiológico. De Miguel indica que en la bibliografía, el aumento del uso de la angio-TC es la que ha determinado las tasas de supervivencia. "Aunque podría ser una de las variables que participara en ello y habría que tener en cuenta, en los datos que hemos analizado en nuestro estudio, este punto no queda totalmente claro. También pensamos que los avances en el manejo de la enfermedad cumplen un papel".
Manejo de pacientes
Estos adelantos en el manejo se relacionan, fundamentalmente, con los cambios que se han producido en "la estratificación pronóstica de los pacientes". En las últimas Guías de Consenso de la Enfermedad Tromboembólica de la Separ, se recomienda manejar a los pacientes según escalas pronósticas: síntomas, marcadores de daño miocárdico, datos de electrocardiograma."El tratamiento basado en la estratificación pronóstica puede estar ejerciendo su influencia y ser más o menos agresivo".
El estudio, en el que han colaborado otras especialidades y epidemiólogos de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, observa un aumento de la incidencia en todas las edades, pero con un pico mayor en los más añosos. También se ha visto que hay factores relacionados con el mayor número de ingresos hospitalarios y mortalidad. Aparecen así la edad, ser mujer, una elevada comorbilidad y padecer cáncer. "Determinar estas variables permitiría saber cuáles son los factores de riesgo y evaluar tratamientos profilácticos para situaciones de riesgo".

Pensar en la enfermedad para llegar al diagnóstico

El diagnóstico de tromboembolismo pulmonar se realiza habitualmente en el hospital, pero Javier de Miguel considera que la sospecha puede producirse desde cualquier nivel asistencial si se tienen en cuenta los síntomas más característicos: disnea o dolor torácico de inicio súbito. El diagnóstico aquí suele realizarse en urgencias. Otra sintomatología no tan típica, como fiebre, tos, expectoración hemoptoica, puede confundirse con neumonía, por ejemplo, "por lo que es necesario que los profesionales también pensemos en la posibilidad de embolia".

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