lunes, 2 de febrero de 2015

La función de la IgE permanece oculta medio siglo después de su descubrimiento - DiarioMedico.com

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DESCUBRIMIENTO DE LA INMUNOGLOBULINA E

La función de la IgE permanece oculta medio siglo después de su descubrimiento

Gunnar Johansson no podía imaginar en 1967 los avances que iba a desencadenar el hallazgo de la inmunoglobulina E, a pesar de que se desconoce su papel en condiciones no patológicas.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com   |  02/02/2015 00:00
 
 

Gunar Johansson
Gunar Johansson, del Hospital Universitario de Uppsala (Suecia). (DM)
El descubrimiento de la inmunoglobulina E (IgE) en 1967 fue el pistoletazo de salida para los múltiples avances diagnósticos y terapéuticos que se han producido en el último medio siglo que permiten acariciar el sueño de erradicar las alergias. Los artífices fueron Hans Bennich y Gunnar Johansson, del Hospital Universitario de Uppsala (Suecia). La Universidad CEU San Pablo, de Madrid, acaba de investir doctor Honoris Causa a Johansson, quien ha expuesto a Diario Médico algunas de las líneas de la intensa actividad investigadora que sigue manteniendo.
A pesar del más de medio siglo transcurrido desde el hallazgo del elemento que por fin explicaba las reacciones alérgicas que se venían observando desde tiempos inmemoriales, el investigador sueco reconoce que la función de la IgE en condiciones no patológicas sigue envuelta en el misterio, pero cree que "debe de aportar algún beneficio; de otro modo, no habría sobrevivido a la evolución".
  • Es posible que la misión de la IgE sea detectar algo peligroso en una etapa muy temprana, cuando estás expuesto a cantidades muy pequeñas"
Además, señala que una de las hipótesis más probables es que se trate de un agente "capaz de detectar algo peligroso en una etapa muy temprana, cuando estás expuesto a cantidades muy pequeñas". Se suele considerar que una persona propensa se sensibiliza y empieza a producir anticuerpos IgE tras dos o tres sesiones de exposición al polen. "Si creemos en los recuentos de pólenes, podemos calcular a cuánto alérgeno está expuesto un individuo, que sería algo así como un microgramo por año". Se trata de una cantidad ínfima que Johansson compara con un terrón de azúcar, que contiene "el equivalente a dos millones de años de exposición al polen porque pesa en torno a dos gramos".
Tratamiento
Independientemente de cuál sea su verdadera función, a estas alturas está claro que el reconocimiento de un antígeno por la IgE desencadena las complejas reacciones inmunitarias que se pueden diagnosticar de forma fiable y tratar con medicamentos como el anticuerpo monoclonal omalizumab, que ha centrado buena parte de los esfuerzos de Johansson en los últimos años.
Este fármaco anti-IgE sólo está aprobado en la mayoría de los países, España incluida, para tratar el asma alérgica, pero el experto ha sido testigo de su eficacia frente a las alergias alimentarias. En estos momentos está llevando a cabo un estudio con 30 niños con reacciones graves anafilácticas al cacahuete. Primero se les dio omalizumab para neutralizar la reacción alérgica y, cuatro meses después, se inició una inmunoterapia oral al tiempo que seguían tomando el fármaco.
Empezaron suministrándoles dos cacahuetes al día y fueron subiendo la dosis: 4, 8, 16 y 18. Durante los dos meses siguientes, los niños tomaron la dosis máxima de cacahuetes más el fármaco, para después retirarles poco a poco el medicamento. "Está previsto que continuemos durante aproximadamente un año y la esperanza es que con esta dosis alta diaria su sistema inmune haya aprendido a manejar la reacción", señala el científico.
Mientras que investigaba con omalizumab, Johansson libraba una cruzada con las autoridades europeas para retirar del mercado los medicamentos antitusivos que contienen folcodina, ya que su equipo ha demostrado que este opiáceo produce una sensibilización cruzada con los agentes bloqueantes neuromusculares que se usan en anestesia. Desde la retirada de la folcodina de Noruega en 2007 "los casos de anafilaxia por esta causa han bajado desde 20 a tal vez 1 ó 2 al año", asegura Johansson. Pero la Agencia Europea de Medicamentos niega esta asociación que el experto calcula que causa 25 muertes anuales en Inglaterra, Bélgica y Francia.

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