lunes, 26 de enero de 2015

La electroporación percutánea se abre paso en el cáncer renal - DiarioMedico.com

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TÉCNICA INTERVENCIONISTA

La electroporación percutánea se abre paso en el cáncer renal

Es la primera vez en España que se practica esta técnica intervencionista en tumor renal. La energía que se aplica intratumor, mediante agujas muy finas, origina apoptosis celular.
Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es   |  26/01/2015 00:00
 
 
María Jesús Álvarez y José María Abadal
María Jesús Álvarez y José María Abadal, de Radiología Intervencionista del Severo Ochoa, de Leganés. (Lenda)
La electroporación irreversible percutánea podría ser una vía opcional, frente a cirugía abierta, y a otras técnicas de ablación, en el abordaje intervencionista del cáncer de riñón. Se trata de una técnica mínimamente invasiva, practicada anteriormente para cáncer de páncreas e hígado, que consiste en la introducción de agujas en el interior de un tumor guiada por ecografía o por TC. Las agujas conectadas a un generador producen un campo eléctrico en el interior del tumor que destruye las células malignas, mediante la creación de nanoporos en las membrana celulares.
Con el uso del conocido comercialmente como NanoKnife, los poros creados "de forma irreversible en la membrana de las células tumorales producen una apoptosis celular", según José María Abadal Villayandre, de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Severo Ochoa de Leganés, Madrid, que, junto a María Jesús Álvarez Pérez, de la misma unidad, han realizado la primera intervención en España de estas características sobre un cáncer renal, y que, junto al resto de las técnicas ablativas, sitúa a este hospital como uno de los referentes en el tratamiento tumoral mínimamente invasivo.
Compleja localización 
Abadal ha explicado a DM que este abordaje percutáneo tiene límites de extensión y tamaño tumoral. Así, se indica en "tumores con afectación local, sin metástasis, ni afectación a distancia, de entre 3 y 4 centímetros, independientemente de su histología, y con localización compleja. La terapia tiene fines curativos, porque ofrece la misma seguridad y eficacia oncológica que una nefrectomía radical". 
La energía eléctrica que transmiten las agujas cuando se aplican dentro del tumor van creando como una especie de agujeros o poros en la membrana celular, pero "de manera irreversible, no reversible como se realizaba hasta el momento para introducir fármacos antitumorales. La diferencia con la electroporación irreversible es que, al emplear más energía, los poros son permanentes; la membrana se rompe y, por tanto, la célula entra en apoptosis".
Los beneficios frente a cirugía abierta son evidentes, pero también existen diferencias en relación a otras técnicas ablativas, como la radiofrecuencia o la terapia con microondas; la electroporación preserva estructuras vitales adyacentes a la zona de ablación (vasos, sistema pielocalicial) y no le afecta la disipación de calor por las estructuras vasculares adyacentes, responsables de recidivas tumorales, indica el radiólogo. "Se pueden tratar tumores renales con radiofrecuencia o microondas, pero siempre que se encuentren en la periferia del órgano. Cuando la lesión se asienta en el centro del órgano se presentan varios problemas, como mayor riesgo de recidiva por la posibilidad de que existan células viables".
No invalida opciones 
Sin embargo, la electroporación irreversible no afecta a las estructuras adyacentes. Su principal novedad frente a otras técnicas percutáneas es que trata tumores de localización central, hecho que también afecta a la cirugía, ya que si la lesión es centrorrenal, la nefrectomía será, muy probablemente, completa". El equipo del Severo Ochoa recalca además que la realización de este abordaje percutáneo no invalida la técnica quirúrgica clásica, muy importante en caso de recidiva.
La recuperación es otro de los beneficios de la técnica, ya que un caso tumoral de este tipo tiene una estancia media hospitalaria de entre 24-48 horas, lo que favorece el ahorro sanitario.

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