lunes, 3 de noviembre de 2014

Embarazo gemelar y su impacto en la salud - DiarioMedico.com

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TRIBUNA. EDUARD GRATACÓS

Embarazo gemelar y su impacto en la salud

Actualmente entre el 2 y el 3 por ciento de los embarazos son múltiples, casi todos dobles, esto es, una de cada 25 personas tiene un gemelo. Esto es el doble de lo que debería ocurrir.
Eduard Gratacós. Director de BCNatal, del Hospital Clínico de Barcelona y San Juan de Dios   |  03/11/2014 00:00
  

En promedio, la cifra "natural" de embarazos múltiples en el ser humano es de algo menos del 1 por ciento. En los últimos 30 años se ha producido un incremento progresivo del número de gemelos, fundamentalmente por el uso de técnicas de reproducción asistida. Los protocolos de control de calidad que la mayoría de unidades han aplicado han conseguido reducir la tasa a un 20 por ciento aproximadamente. Esta cifra sigue siendo más elevada que la que se produce en un embarazo espontáneo, y por tanto es el principal efecto indeseable del uso de reproducción asistida.
A pesar de su baja frecuencia, el embarazo gemelar es una de las situaciones que consumen más recursos de salud, en el embarazo y por sus consecuencias a largo plazo. El organismo humano se reproduce de forma ideal con un solo feto, y la presencia de más de uno representa una situación de riesgo para madre e hijos. De una forma muy esquemática, un embarazo múltiple incrementa entre cinco y diez veces las probabilidades de sufrir complicaciones potencialmente graves como prematuridad, retraso de crecimiento fetal e hipertensión materna. Por ejemplo, el riesgo de parir antes de las 32 semanas aumenta del 1 por ciento en un embarazo único al 10 por ciento en uno doble. Además, una parte de los embarazos gemelares son monocoriales, lo que genera complicaciones como la transfusión feto-fetal, que sin tratamiento se asocian a mortalidad y secuelas neurológicas graves.
fortunadamente, son problemas en la actualidad tratables, aunque mediante técnicas de alta complejidad como la cirugía fetal. Todos estos problemas representan un elevado coste sanitario a corto plazo y generan secuelas de larga duración que pueden condicionar la calidad de estos individuos. Finalmente, la combinación actual de gestación doble y edad avanzada, cada vez más frecuente, se traduce con cierta frecuencia en complicaciones graves maternas. El aumento de gemelares tiene también indudablemente un impacto en las tasas de cesáreas a nivel global, dado que más de la mitad finalizan de esta forma. Ahora bien, debemos recordar una vez más que embarazo múltiple no equivale a cesárea. Recientes estudios han demostrado que intentar un parto vaginal cuando el primer gemelo se presenta en cefálica es tan seguro como la cesárea electiva, siempre obviamente que se realice en un entorno hospitalario.
Retomando las causas del incremento de este tipo de embarazo, una de ellas es el considerable aumento observado en la edad media de las madres. Especialmente en el sur de Europa, desde los años 70 hemos pasado del 5 a más del 30 por ciento actual de embarazos de más de 35 años. El retraso general de la edad de tener hijos reduce la capacidad de las parejas de quedar gestantes cuando lo desean, y esto ha motivado un uso creciente de las técnicas de reproducción asistida. Por tanto, a pesar de la contrastada capacidad para realizar reproducción asistida con menos gestaciones múltiples, al haber más parejas que recurren a estas técnicas finalmente se mantiene el incremento global de embarazos dobles. Esto nos lleva a la última consideración. Debería ser posible mantener la edad materna para al primer hijo por debajo de los 30 años sin reducir la competitividad laboral, como han demostrado muchos países europeos.
Por desgracia, España no constituye un ejemplo en este sentido y la edad materna no ha hecho más que crecer. Este es uno de los grandes indicadores del nivel cultural y social de un país, y lamentablemente indican el camino que todavía nos queda para igualarnos con nuestro entorno europeo. Una edad materna cada vez más elevada tiene efectos perniciosos incuestionables en la sociedad y en la salud pública. Entre muchos otros beneficios, reducir la edad materna resultaría en una menor necesidad de recurrir a la medicina reproductiva, y por tanto, del número de gemelares. En general, en medicina, los efectos más importantes sobre la salud de la sociedad se consiguen con políticas sociales. El embarazo gemelar, por las razones expuestas, constituye un excelente ejemplo de esta realidad.

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