Confirman el impacto CV del consumo de cocaína

Un trabajo multicéntrico ha utilizado la cardiorresonancia magnética de 3T para determinar el daño cardiaco en pacientes adictos asintomáticos.

Enrique Mezquita. Valencia | dmredaccion@diariomedico.com | 07/11/2014 00:00

José Salazar y Alicia Maceira, autores del trabajo. (Enrique Mezquita)

VISTA:

El consumo frecuente de cocaína tiene efectos perniciosos sobre el corazón, pero hasta ahora ese impacto cardiovascular tan sólo se había estudiado en series de pacientes seleccionados por presentar una patología o en autopsias de pacientes cocainómanos fallecidos por muerte súbita (en los que se aprecia daño aterosclerótico en las coronarias).

El proyecto de investigación Cardio-UCA, realizado por la Unidad de Imagen Cardiaca de Eresa, el Departamento de Cardiología del Hospital Arnau de Vilanova, de Valencia, la Unidad de Conductas Adictivas del área Valencia-La Fe, el Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Valencia y la Unidad de Cardiorresonancia del Royal Brompton Hospital (Londres), se ha convertido en el primero a nivel mundial capaz de confirmar y documentar el impacto en adictos a la cocaína sin antecedentes cardiovasculares.

El estudio, que se publica en Journal of Cardiovascular Magnetic Resonance, se ha apoyado en una nueva tecnología de imagen, la cardiorresonancia magnética (CRM) de 3T, para mostrar que un 71 por ciento de individuos con adicción a la cocaína, pero que aún no han desarrollado síntomas de enfermedad cardiaca, presentan algún tipo de afectación en el corazón.

Según ha explicado a DM Alicia Maceira, coordinadora de la Unidad de Imagen Cardiaca de Eresa, en el estudio se incluyeron 94 individuos consecutivos adictos a la cocaína y sin contraindicación para un estudio de CRM. "Se les realizó una historia clínica, con especial interés en sus factores de riesgo cardiovascular y en los datos de su adicción, electrocardiograma, analítica convencional y CRM de 3T (ofrece una mayor relación señal-ruido y mejor resolución espacial, lo que mejora su rendimiento diagnóstico en patología cardiaca)".

Protocolo
El protocolo incluyó un estudio basal para medir dimensiones, volúmenes y función ventriculares, otro de detección de edema o inflamación miocárdicos, otro morfológico de aorta torácica y un cuarto de realce tardío de gadolinio, una técnica que permite detectar pequeños focos de necrosis o fibrosis focal en miocardio. En los primeros 48 pacientes se realizó un estudio de estrés para detección de isquemia. "Se observó que el 71 por ciento de los adictos, asintomáticos y no seleccionados, presentaban patología cardiovascular. Presentaban una disminución de la función sistólica biventricular, dilatación biventricular e hipertrofia ventricular izquierda.

Asimismo, en un porcentaje no desdeñable de casos (30 por ciento, mayor al de la población general) se observaron focos de realce tardío de gadolinio en miocardio, por su morfología y localización sugestivos en su mayor parte de ser debidos a miocarditis antigua". Los hallazgos fueron en la mayor parte de los casos de grado leve, "lo cual es consecuente con la ausencia de síntomas, y probablemente tengan implicaciones prácticas en su manejo en las Unidades de Conductas Adictivas", ha dicho Maceira.

José Salazar, psiquiatra del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, y coautor del estudio, ha añadido que "uno de los aspectos importantes de las drogas es que hay una minimización del riesgo, pero este estudio puede servir no solo para prevenir, sino también para informar, educar y que el paciente tome decisiones más fundamentadas". Este impacto debe sumarse a implicaciones "a nivel psicológico, psiquiátrico y neurológico".

Segunda fase
El estudio clínico se encuentra en una segunda fase, donde se dan dos pasos más: en primer lugar valorar la reversibilidad de estas anomalías cardiacas con la abstinencia de cocaína; y por otra parte, determinar qué factores de consumo (vía y años de consumo, dosis, consumo concomitante con otras sustancias...) son determinantes en la aparición de las alteraciones.

Todo ello, "con el objetivo de determinar qué pacientes que acuden a la Unidad de Conductas Adictivas deberían ser sometidos a un estudio cardiológico exhaustivo", ha matizado. Los primeros resultados de la segunda fase del proyecto, según ha apuntado Maceira, son "muy sugerentes y esperanzadores", ya que los datos preliminares muestran reversibilidad de la patología. Además, "es posible que podamos concretar algún factor determinante que nos sirva como indicador de mayor riesgo de cardiopatía".