lunes, 13 de octubre de 2014

Información y terapia de soporte contra el derrotismo clínico - DiarioMedico.com

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CRISIS DEL ÉBOLA

Información y terapia de soporte contra el derrotismo clínico

Las terapias de soporte y la educación en la comunidad, medidas de eficacia confirmada contra el Ébola.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  13/10/2014 00:00
  

Conociendo al enemigo público número 1
Conociendo al enemigo público número 1 ()
Es comprensible el derrotismo ante una enfemedad que no tiene ningún tratamiento específico. La visión de los profesionales que han trabajado con ella en el terreno no suele ser nihilista. Bien al contrario, como argumentaba un grupo de médicos que había tratado a pacientes con el virus del Ébola en hospitales de Guinea, Sierra Leona y Liberia, de ese trabajo con los enfermos se puede concluir que el tratamiento de soporte reduce la mortalidad, al igual que ocurre en otras patologías víricas.
El mensaje de estos profesionales, recogido en un artículo de The New Englandencabezado por François Lamontagne (del Hospital de Sherbrooke, en Canadá), es que es posible mejorar los tratamientos. "Con intervenciones simples se pueden evitar muertes por hipovolemia y alteraciones metabólicas. La alta mortalidad del Ébola sigue reflejando la historia natural de la enfermedad, no una incapacidad para alterar su curso".
  • Del estudio del brote del Ébola en 1976, se deduce que sólo con la introducción de cambios de conducta en la comunidad se puede frenar la epidemia
Faltan profesionales
Y destacan que los principales problemas para mejorar esos cuidados no son la falta de medios, como suele achacarse, sino la de profesionales capaces de aplicarlos. También consideran que esos profesionales no deberían restringirse tanto a una especialidad determinada -medicina tropical, enfermedades infecciosas o cuidados intensivos-, como a la capacidad para administrar las terapias de soporte.
Todo ello, sin olvidar el papel clave que juega la comunidad para impedir que la enfermedad se disemine.
  • Las candidatas vacunales se estudian ya en fase I. Los primeros resultados se presentarán en noviembre. Si todo sale bien, podrían estar listas en 2015
El estudio del brote del Ébola de 1976 demuestra que para reducir esa transmisión es imprescindible cambiar ciertos hábitos. Así lo refrenda un reciente estudio en Epidemics, realizado por investigadores de la Escuela de Londres de Medicina Tropical y del Centro Internacional Fogarty de los Institutos de Salud estadounidenses (NIH). El trabajo concluye que si las poblaciones afectadas en aquel brote no hubieran cambiado ciertas conductas, el impacto de la infección hubiera sido potencialmente tan grande como el actual en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Es la primera vez que una investigación de estas características ha podido cuantificar los casos de contagio nosocomiales y en la comunidad. Para ello, han revisado datos originales de los pacientes de 1976 en el entonces Zaire, incluidos los informes manuscritos del descubridor del Ébola Peter Piot. Precisamente, Piot destaca que del trabajo se desprende que "el Ébola no puede contenerse sólo con medidas hospitalarias". Parte de la respuesta al brote debe ser "el aislamiento de los pacientes, identificar a los contactos, seguimiento y vigilancia, y educar a la comunidad".
Vacunas
Mientras se afinan todas esas medidas, se acelera el proceso para obtener una vacuna contra el virus, con el impulso de un comité específico en la Organización Munidal de la Salud (OMS). La candidata cAd3-EBOV (cAd3), desarrollada por la farmacéutica GSK y el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, ya ha iniciado la fase I de estudio, en Estados Unidos y Reino Unido. Esta inmunización se ensayará tanto en su forma monovalente -con la especie Zaire del virus, causante del brote actual- y en la forma bivalente, a la que se añade la especie Sudán. La forma monovalente se estudia ahora en 60 voluntarios sanos, que recibirán tres dosis diferentes. El objetivo es determinar la seguridad, posibles efectos secundarios e inmunogenicidad del preparado. Se espera que estos datos estén listos en noviembre.
La otra vacuna, rVSV-EBOV-GP (rVSV), elaborada por la compañía NewLink Genetics y la Agencia de Salud Pública de Canadá, empezará pronto a reclutar a los voluntarios para el estudio, también en Estados Unidos.
Si los resultados de estas candidatas son favorables, el comité de la OMS propondría llevar a cabo las fases 2a de los ensayos en África, pero no en la actual zona epidémica, y en paralelo, realizar estudios en fase 2b con población expuesta. Hay consenso, como recoge The New England, en ofrecer la vacunación en esa fase 2 del ensayo a los profesionales sanitarios, así como a todo aquel que haya estado expuesto a los líquidos o secreciones orgánicas de los pacientes.
Con todo, si las candidatas analizadas superan las fases de ensayo y no hay contratiempos, las vacunas estarían disponibles en cantidad suficiente en el primer cuatrimestre de 2015, como muy pronto. No obstante, recuerdan los especialistas de la OMS, no es probable que esta vacuna resulte 100 por cien segura.

Posibles terapias en el horizonte

Junto a las vacunas, se exploran más terapias específicas, todas sin grandes resultados. Es el caso de los anticuerpos monoclonales del suero ZMapp, administrado a un puñado de pacientes con desigual desenlace. El gobierno estadounidense ha firmado un contrato con la compañía fabricante para acelerar su desarrollo. En ensayo clínico está otro fármaco, TkM-Ebola, una molécula de ARN pequeño de interferencia, el mismo tipo de molécula que BCX4430, este último probado en animales frente al Marburgo. Todavía no hay estudios publicados sobre el plasma de supervivientes a la infección.

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