domingo, 26 de octubre de 2014

Donde se cosechan victorias contra el ébola: MedlinePlus

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Donde se cosechan victorias contra el ébola

Cuatro centros médicos especializados de EE. UU. son las opciones de tratamiento de primera línea, pero muchos hospitales locales están listos para el desafío, aseguran unos expertos
Traducido del inglés: jueves, 23 de octubre, 2014
Imagen de noticias HealthDay
MIÉRCOLES, 22 de octubre de 2014 (HealthDay News) -- Cuatro hospitales que son sedes de centros avanzados de biocontención se han convertido en el epicentro del tratamiento de los pacientes de ébola.
Sus unidades especiales de aislamiento ofrecen múltiples capas de medidas de seguridad para prevenir la propagación de espantosos patógenos, no solo del ébola. Incluyen filtros de aire especiales, tanques de inmersión llenos de antiséptico, equipo de laboratorio dedicado y los llamados autoclaves para esterilizar cualquier desecho médico antes de que sea transportado desde la unidad.
Pero también ofrecen un número limitado de camas: apenas suficiente para tratar a once pacientes, en todo el país.
Como resultado, muchos hospitales comunitarios de todo el país están ahora estudiando esas unidades e investigando qué protocolos de control de la infección se pueden adoptar con rapidez si se diagnostica a un paciente con ébola.
Si resulta necesario, los hospitales locales pueden adoptar las características más importantes de esas unidades, aseguró el Dr. Craig Smith, director médico de enfermedades infecciosas del Sistema Universitario de Atención de la Salud de Augusta, Georgia, y vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America).
"Todos estamos bien entrenados y bien indoctrinados con la idea del aislamiento en sí", aseguró Smith, y anotó que los trabajadores de los hospitales afrontan de forma rutinaria enfermedades virulentas como la meningitis, la tuberculosis y el SARM. "Todos los hospitales pueden crear un plan de contingencias para manejar una enfermedad altamente contagiosa. Atendemos enfermedades espantosas cada día, todo el tiempo. El problema es la logística. Conlleva dinero, equipo, y entrenamiento y práctica para las personas".
Los cuatro hospitales de EE. UU. con unidades de biocontención son el Hospital de la Universidad de Emory en Atlanta, el Centro Clínico de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE. UU. en Bethesda, Maryland, el Centro Médico de Nebraska en Omaha, y el Hospital St. Patrick en Missoula, Montana.
Cada una de las dos enfermeras de Dallas que contrajeron ébola del primer paciente diagnosticado en Estados Unidos ha sido enviada a uno de esos hospitales. Nina Pham, de 26 años, ocupó una de las dos camas disponibles en el Centro Médico de los NIH, mientras que Amber Vinson, de 29 años, ocupa una de las tres camas de la unidad de aislamiento del Emory.
Esos hospitales ya han tratado con éxito a unas pocas personas que contrajeron el letal virus mientras trabajaban como cooperantes en África occidental, la ubicación de la peor epidemia de ébola de la historia.
Todas las unidades especiales de aislamiento se localizan cerca de laboratorios donde los investigadores estudian algunos de los virus y bacterias más peligrosos del mundo, señaló Smith.
"Esas unidades no se diseñaron como parte de una respuesta al ébola. Se diseñaron para respaldar la investigación, principalmente, y también para que si sucedía algo estuvieran disponibles", comentó. "Han sido funcionales y han estado en activo. Han tenido pacientes sobre los que nunca se oyó".
Las características protectoras de las unidades comienzan con su ubicación en el hospital, explicó el Dr. Mark Rupp, director de control de la infección en el Centro Médico de Nebraska.
"Está lejos de los lugares usuales donde atendemos a los pacientes", dijo. "Está en un lugar que está físicamente alejado y seguro, y nadie que no esté autorizado entra por el pasillo".
Las unidades tienen una presión de aire negativa, lo que significa que el aire siempre fluye hacia la habitación del paciente desde fuera de la habitación, una característica que busca prevenir la propagación de los gérmenes que se transmiten por el aire. El aire también se limpia con filtros antes de ser expulsado a través del sistema de escape.
Los objetos que salen de las habitaciones de los pacientes son esterilizados al colocarlos en "tanques de inmersión" llenos de un agente germicida. "Si tenemos que sacar algo de la unidad, pasa por un tanque lleno de desinfectante y se saca por el otro extremo", dijo Rupp.
Las unidades también cuentan con autoclaves que usan vapor para esterilizar todos los desechos médicos antes de su eliminación, y una antesala especial donde los trabajadores de la atención sanitaria pueden quitarse y ponerse los trajes protectores de forma segura.
"La parte más importante no es el centro", aseguró Rupp. "Es el personal y el entrenamiento que se ha realizado para preparar a esa gente".
Por ejemplo, el Centro Médico de Nebraska tiene un conjunto muy específico de equipos de seguridad que los trabajadores usan cuando entran a la habitación de un paciente. Pero también hay una persona que se llama el "ponedor" cuyo único trabajo es ayudar a los trabajadores a ponerse el equipo de forma correcta, señaló Rupp. Un "quitador" espera fuera de la habitación y no hace otra cosa que ayudar a las personas a quitarse el equipo sin contaminarse.
Las nuevas directrices para la atención segura de los pacientes de ébola emitidas el lunes por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una institución federal, reflejan ese énfasis en el personal. Piden a los hospitales que entrenen rigurosamente a los trabajadores sobre cómo ponerse y quitarse el equipo de seguridad, y que nombren un monitor entrenado que solo se dedique a ayudar a los trabajadores a ponerse y quitarse el equipo.
Muchas de las características tecnológicas de esas unidades también pueden adaptarse a los hospitales locales para el ébola, aseguró Rupp.
Dado que el ébola no se transmite por el aire, no son necesarios unos sistemas especiales de ventilación. Un balde con una solución de lejía puede fungir como el tanque de inmersión antiséptico. Los hospitales pueden comprar o tomar prestado un autoclave de suficiente tamaño para manejar los desechos médicos, o almacenar los desechos en un área separada hasta que se puedan hacer arreglos para su recogida, planteó.
Los hospitales sí deben asignar un área lejana y segura para sus unidades de aislamiento, y esa área debe ser grande. Cuando trató a su primer paciente de ébola, el Dr. Rick Sacra, misionero médico y superviviente, el Centro Médico de Nebraska se dio cuenta de que "conlleva mucho más espacio físico de lo que creíamos al principio", contó Rupp.
El equipo médico avanzado que se envía al área debe permanecer allí, porque es demasiado pedir que los dispositivos se esterilicen completamente tras cada uso. El Nebraska pronto encontró su sala de aislamiento llena de máquinas portátiles de rayos X, ECG, ultrasonido, una unidad de diálisis y otros equipos, dijo Rupp.
Los trabajadores también necesitan bastante espacio para quitarse el equipo de forma segura, y para separar el equipo protector limpio de las piezas contaminadas.
"Todo el equipo y todos los desechos que se generan ocupan bastante espacio", dijo.
Pero sobre todo, administrar una de esas unidades de aislamiento requiere de mucho sentido común y planificación. Como ejemplo, piense en los desechos humanos, que en el momento álgido de la infección están llenos de virus de ébola.
"Lo colocamos en una taza de sanitario, y entonces tratamos esos desechos con un desinfectante", comentó Rupp. Los trabajadores echan un antiséptico en el sanitario y dejan que esté ahí suficiente tiempo como para matar al virus, antes de tirar de la cadena para que los desechos lleguen al sistema sanitario de aguas negras, explicó.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Craig Smith, M.D., medical director, infectious diseases, University Health Care System, Augusta, Ga.; Mark Rupp, M.D., director, infection control, Nebraska Medical Center, Omaha
HealthDay
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