miércoles, 3 de septiembre de 2014

La dieta mediterránea: efecto protector en mama

ESTUDIO 'EPIGEICAM'

La dieta mediterránea: efecto protector en mama

Reduce la probabilidad tumoral hasta un 30 por ciento, mientras que una alimentación más occidental la eleva, sobre todo en premenopausia.
Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com   |  02/09/2014 18:14
  

Isabel Orbe, Isabel Oriol, Jesús Fernández Crespo y Miguel Martín
Isabel Orbe, directora general de la Fundación Científica de la AECC; Marina Pollán, investigadora del Instituto de Salud Carlos III; Isabel Oriol, presidenta de la AECC; Jesús Fernández Crespo, subdirector general de Evaluación y Fomento del Instituto de Salud Carlos III, y Miguel Martín, presidente de Geicam. (José Luis Pindado)
La dieta mediterránea podría reducir hasta un 30 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de mama, mientras que un patrón occidental alimenticio podría elevar el riesgo. Ésta es la conclusión principal del estudio español EpiGeicam, coordinado por Marina Pollán, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, desarrollado junto al Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) y financiado por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que se presentó ayer en Madrid, y que se publica en British Journal of Cancer.
Isabel Oriol, presidenta de la AECC, hizo hincapié en la importancia de los resultados del trabajo: "Si es verdad que podemos reducir un 30 por ciento el riesgo, eso quiere decir que podríamos reducir la aparición de cáncer de mama, de los que en España hay 26.000 nuevos casos cada año".
Según Pollán, "el objetivo del trabajo ha sido identificar patrones dietéticos en mujeres sanas y comprobar si alguno de los patrones identificados se asociaba de forma positiva o negativa con el cáncer de mama, así como investigar el efecto de los índices AHEI (Alternate Healthy Eating Index) y AMED (Alternate Mediterranean Diet Score)", y el efecto de los patrones por tipo de tumor.
Para ello se contó con la participación de 1.017 pacientes recién diagnosticadas y el mismo número de mujeres sanas para el grupo control, siempre que éstas vivieran en el mismo municipio o cercano al caso índice. Las participantes, con una edad media en torno a 50 años, fueron reclutadas en 23 unidades de oncología médica, lo que ha permitido recoger información del 78 por ciento de la población.
  • Los resultados del trabajo arrojan más evidencia a favor de adoptar una dieta mediterránea, rica en pescado, verdura, legumbres, frutas y aceite de oliva
A las mujeres se les realizó una entrevista para recoger información sobre varios ítems, entre ellos, la dieta. "Queríamos que las pacientes, sobre todo las recién diagnosticadas, tuvieran en cuenta que nos referíamos a la dieta que han tenido en los años anteriores a la enfermedad". Asimismo, se realizó una analítica sanguínea para determinar los polimorfismos.
Los investigadores observaron tres tipos de patrones en las mujeres sanas que participaron: occidentalprudente y mediterráneo, además del hecho de que las mujeres más jóvenes tienen dietas menos saludables. A partir de la clasificación, se observó que los tres patrones provocan dos efectos opuestos: "La dieta occidental tiene un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y éste es más frecuente en mujeres premenopaúsicas, en las que el efecto es mayor. En el otro extremo, la ingesta de dieta mediterránea reduce el riesgo, y el efecto protector es especialmente importante en tumores triple negativos", ha dicho Pollán.
Así, el riesgo de desarrollar el tumor aumenta cuanto más occidental sea la dieta y lo mismo ocurre con la dieta mediterránea: cuanto más pura, menor riesgo. En cuanto al prudente, no se ha podido constatar que evitar las grasas per se se relacione con una mayor o menor probabilidad de desarrollar el tumor.
Futuras investigaciones
Miguel Martín, presidente de Geicam, ha aventurado que el trabajo podría ayudar a explicar la relativa baja frecuencia del subtipo de cáncer de mama triple negativo en España. Además, se estudiarán otros ítems recogidos en el trabajo, como el ejercicio físico. Según Pollán, también se estudiará si los patrones pueden relacionarse con el pronóstico.
No obstante, según Oriol, Martín y Pollán, las conclusiones del trabajo apoyan las recomendaciones de adoptar hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de patologías crónicas, cardiovasculares y oncológicas, algo esencial que debe realizarse desde la infancia. "Dieta mediterránea, ejercicio aeróbico y no ganar peso son las claves para prevenir el cáncer en mujeres sanas y para evitar recidivas", ha concluido Martín.

Tres patrones alimenticios

Los investigadores identificaron en la población control del estudio EpiGeicam tres tipos de dieta:
-Dieta occidental-Western pattern: alto consumo de productos grasos de lácteos no desnatados, carne procesada, alimientos precocinados, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales.
-Dieta prudente-Prudent pattern: productos bajos en grasa, frutas, vegetales y zumos.
-Dieta mediterránea-Mediterranean Pattern: al estilo clásico español con un alto consumo de pescado, vegetales, legumbres, patatas, frutas, aceite, frutos secos? y bajo consumo de zumos y bebidas calóricas.

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