lunes, 22 de septiembre de 2014

"Consumo compulsivo de comida y adicción comparten patrones" - DiarioMedico.com

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DESARROLLO DE TERAPIAS EFICACES

"Consumo compulsivo de comida y adicción comparten patrones"

Nora Volkow, directora del NIDA, recuerda que adicción no siempre está asociada a drogas. No habrá una pastilla curativa, pero sí terapias que ayuden en el control de la impulsividad.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  22/09/2014 00:00
  

Nora Volkow
Nora Volkow, directora del NIDA, entrevistada en el Congreso Mundial de Psiquiatría, en Madrid. (José Luis Pindado)
La directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, de los NIH estadounidenses) siempre supo que quería investigar en el funcionamiento del cerebro humano. Lo que no tenía tan claro era en qué aspecto se centraría. "Tenía que ser algo relacionado con las emociones, la percepción de la realidad y la capacidad para elegir, que es en lo que se basa el concepto de libertad. Y ahí se encuadran las adicciones: son un ejemplo de cómo se desajusta el sistema que nos permite hacer un juicio, tomar una decisión y mantenerla. Los adictos no es que no tengan fuerza de voluntad o no quieran dejar de tomar drogas, es que no pueden elegir", dice con un castellano lleno de matices, enriquecido por su juventud en México y una exitosa carrera profesional en Estados Unidos.
Volkow ha participado en el Congreso Mundial de Psiquiatría (en Madrid) con una conferencia sobre el neurocircuito de las adicciones. Esta psiquiatra es pionera en el empleo de la imagen para identificar regiones cerebrales implicadas en la patología.
  • "Los alimentos que combinan grasa, azúcar y sal han demostrado tener alto riesgo adictivo, y en algunas personas pueden inducir un consumo compulsivo"
De esos hallazgos se infieren patrones compulsivos (como el juego) que comparten muchas características con las adicciones a las drogas. "Hay reticencia a clasificar esos trastornos como adicciones, y creo que es porque estamos condicionados a asociar adicción con sustancia. Pero las drogas, básicamente, activan sistemas que existen para otras conductas y que, llevadas al extremo de refuerzo, pueden generar también una actitud compulsiva".
Así ocurre sin ir más lejos con la comida. Desde un punto de vista evolutivo, una de las conductas más preservadas es la necesidad de alimentarnos. Los patrones que regulan esa motivación son por tanto muy poderosos, y actúan sobre el sistema dopaminérgico.
Comida obsogénica
Por eso, "al igual que hay drogas que inducen la adicción con gran rapidez -la metanfetamina sería la más rápida-, las comidas que combinan grasa, azúcar y sal son altamente reforzadoras, comportan riesgo de abuso". Todos hemos experimentado la sensación de no poder parar ante una bolsa de patatas fritas, "justo la antítesis a como funciona el sistema de saciedad. No pasa nada tomadas de vez en cuando, pero algunas personas pierden el control". De hecho, hay estudios de imagen que revelan los mismos desajustes en la corteza frontal en adictos a drogas que en pacientes obesos.
  • "Hay conductas impulsivas que veremos aumentar, como el juego patológico y el abuso de internet; en algunos países ya se percibe como un problema"
Claro que las drogas actúan directamente sobre el sistema dopaminérgico, sin mediar en señales periféricas, ni en sistemas sensoriales, ni en los de condicionamientos, que son propios de la comida. Por eso es más fácil hacerse adicto a una droga que al alimento.
Volkow, que participó en las discusiones previas al manual DSM-5, mantiene que de alguna manera habría que incluir en los trastornos psiquiátricos el consumo compulsivo de comida obesogénica.
  • "La prevención en los adolescentes tiene que hacerse con información objetiva. A ellos sí les importa que las drogas afecten su aspecto, les envejezcan y mermen su intelecto"
"Hace falta más evidencia científica, pero es un tipo de alteraciones que veremos aumentar, entre otras. Por ejemplo, hay países, pienso en Corea del Sur y China, donde se están creando centros para tratar el abuso de los videojuegos e internet. Con las nuevas tecnologías también ha aumentado el número de personas que ven pornografía de forma compulsiva. Esto se relaciona con la vulnerabilidad que todos tenemos a ciertos reforzadores, y que en unos crean la conducta compulsiva, mientras que en otros, no".
Con todo, la especialista destaca los aciertos en el DSM-5 y, en concreto, el hecho de que se ha eliminado el término "dependencia", que creaba confusión por las connotaciones físicas; ahora también en el diagnóstico de un problema de abuso de sustancias se ha de incluir el grado de severidad. "Aporta flexibilidad para entender que una misma conducta puede tener efectos negativos según las circunstancias. Por ejemplo, el consumo de alcohol esporádico en un adulto y en un adolescente".
Sin asustar
Precisamente, es en la adolescencia cuando más peligrosa puede resultar la exposición a las drogas. Y donde hay que reforzar las medidas preventivas, que Volkow vertebra sobre administrar información objetiva: "Intentar asustar a los jóvenes con los peligros de las drogas no funciona. Es mejor decirles la verdad y hacer hincapié en lo que les puede preocupar más, como que afectan a su capacidad física (les envejecen, afean) e intelectual".
Al conocimiento de las bases neurológicas y al despliegue de medidas sociales y educativas preventivas, se añade la tercera pata en la lucha contra las adicciones, que es el desarrollo de terapias eficaces. Lo que no será fácil, reconoce Volkow, porque hay muchas variables implicadas. En el adicto, la capacidad para sentir placer está disminuida; los sistemas de la memoria condicional se encuentran hipersensibilizados, así como su estado afectivo y emocional.
"Buscamos tratamientos que ayuden al enfermo a controlar su deseo impulsivo. Dentro de las estrategias terapéuticas, se avanza en el uso de nuevas tecnologías y la estimulación magnética transcraneal, así como en los sistemas de biofeedback, que beben de las técnicas de imagen, o en la interfaz entre cerebro y máquina. Todo ello se puede emplear para maximizar la capacidad de las personas por controlar el impulso. Lo que no habrá será una pastilla curativa, mágica".

Historia que forja una personalidad

De niña, Nora Volkow jugaba en la casa donde fue asesinado Leon Trotsky, una anécdota que se explica al saber que el revolucionario ruso era su bisabuelo, el abuelo de su padre. Por la rama materna, la familia de Volkow también vivió tiempos convulsos: su madre llegó a México entre los llamados "niños de Morelia", hijos de republicanos a los que sacaron en un barco de España, en 1937, huyendo de la guerra civil. "La infancia de mis padres estuvo influida de alguna manera por el estalinismo y la guerra civil, así que ellos trataron de evitarnos traumas. Mi padre no nos hablaba mucho de eso. No quería que mis hermanas y yo nos dedicásemos a la política. Pero siempre he sido muy curiosa, y leía mucho, así que, de alguna manera, he crecido rodeada de todas esas historias". La proporción en que ancestros y ambiente se mezclan para configurar una personalidad está por determinar, al igual que la mezcla de genes, entorno y desarrollo personal que influyen en las adicciones. La Historia planea sobre Nora Volkow, y ella ahora hace historia (médica) con sus trabajos sobre la mente humana.

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