lunes, 22 de septiembre de 2014

Atrapar el Alzheimer a tiempo - DiarioMedico.com

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HERRAMIENTAS PARA EL DIAGNÓSTICO PRECOZ

Atrapar el Alzheimer a tiempo

Con los biomarcadores ha quedado atrás la noción de que la patología sólo se puede confirmar en la autopsia. Quienes defienden el diagnóstico precoz sostienen que no es cierto que los tratamientos actuales son ineficaces.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com   |  22/09/2014 00:00
  

Con frecuencia se escucha, incluso en boca de los especialistas, que no tiene sentido diagnosticar en la fase prodrómica o preclínica la mayoría de las patologías neurodegenerativas porque no existe tratamiento eficaz. Sin embargo, cada vez son más los expertos que alzan la voz frente a esa actitud apoyándose tanto en su experiencia como en las últimas evidencias científicas. Siempre que se respete el derecho a no saber del paciente, no hay razón para no considerar esta posibilidad.
  • La determinación de cambios en los biomarcadores de amiloide beta y tau en líquido cefalorraquídeo permite el diagnóstico de Alzheimer en estadio prodrómico
En el caso del Alzheimer, cuyo día mundial se celebró ayer, 21 de septiembre, el panorama está cambiando y ya son mayoría quienes creen que hablar de prevención no es ir demasiado lejos y que se puede aspirar a retrasar el inicio de la enfermedad. A falta del fármaco definitivo o el despegue de las estrategias de medicina regenerativa, que ni siquiera se atisban en el horizonte, cualquier pequeño avance supone un gran alivio para los afectados y sus cuidadores.
Y no es poco lo que se puede hacer. Para empezar, tal y como recoge el Informe Mundial del Alzheimer 2014, que este año lleva por título Demencia y reducción del riesgo: un análisis de los factores protectores y modificables, un estilo de vida saludable es la mejor protección. "El control de la diabetes y la hipertensión arterial, así como las medidas que fomentan el abandono del hábito tabáquico y la reducción del riesgo cardiovascular, tienen el potencial de reducir el riesgo de demencia incluso en las últimas etapas de la vida", señala el documento. Se ha comprobado que la diabetes "puede incrementar el riesgo de demencia en un 50 por ciento".
Pero ni el más sano está libre de contraer la enfermedad, y una vez que empieza el proceso neurodegenerativo no es lo mismo actuar al cabo de un año que transcurrida una década.
  • J. Luis Molinuevo, Coordinador de Alzheimer del Clínico de Barcelona: "Hoy se acepta que existe una fase silente de 15-20 años en la que sólo hay acción biológica sobre el cerebro que se puede detectar por biomarcadores"
Métodos validados
El miedo a generar falsas expectativas desemboca, en ocasiones, en un pesimismo que Pablo Martínez-Lage, director de Neurología en la Fundación CITA.alzheimer (San Sebastián), asegura no compartir. "No es cierto que los medicamentos disponibles no resultan eficaces. En una encuesta que hicimos el año pasado, el 60 por ciento de los cuidadores señalaron que notaron una mejoría o estabilización de la enfermedad al comenzar el tratamiento". Por otro lado, agrega que la terapia "no se basa sólo en las medidas farmacológicas". Por eso, cree que se debe potenciar al máximo el diagnóstico precoz, máxime cuando los métodos existentes han avanzado de forma considerable en los últimos años.
De la misma opinión es José Luis Molinuevo, coordinador de la Unidad de Alzheimer del Hospital Clínico de Barcelona, quien apuesta por investigar a fondo la "hipótesis de que se puede retrasar el comienzo clínico de la enfermedad" con los fármacos ya comercializados (donepezilo, galantamina, rivastigmina y memantina) o con los que se encuentran en ensayos clínicos (solanezumab, entre otros). Al fin y al cabo, se ha constatado que la fase preclínica dura unos 20 años.
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Las herramientas para el diagnóstico precoz ya están disponibles. Molinuevo ha participado en la elaboración de un consenso internacional para la estandarización de los métodos ya validados, cuyas conclusiones se publicaron este verano en Alzheimer's & Dementia. La Iniciativa Internacional para la Estandarización de los Biomarcadores de Alzheimer analiza los datos disponibles sobre la determinación de amiloide beta 1-42, T-tau y P-tau181P en líquido cefalorraquídeo y llega a la conclusión de que los cambios en estos tres biomarcadores permiten el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer en un estadio prodrómico. Por el contrario, tener los tres indicadores en un rango normal descarta la enfermedad. "Las condiciones intermedias requieren un mayor seguimiento del paciente", puntualizan los autores del consenso.
A tenor del valor diagnóstico de estos marcadores, los componentes del comité internacional recomiendan "que se considere la punción lumbar para el análisis en líquido cefalorraquídeo de biomarcadores de Alzheimer como un test clínico de rutina en pacientes con demencia en una etapa inicial, en el estadio prodrómico o con enfermedad de Alzheimer atípica".
Criterios diagnósticos
Molinuevo también ha participado en la publicación, el pasado mes de julio en Lancet Neurology, de los criterios IWG-2, elaborados por el Grupo de Trabajo Internacional para los Nuevos Criterios Diagnósticos de la Enfermedad de Alzheimer. El informe precisa, entre otras cuestiones, que "tanto los biomarcadores en líquido cefalorraquídeo como el PET amiloide [tomografía por emisión de positrones para determinar la carga de amiloide beta] han mostrado la especificidad más alta cuando se correlacionan con la patología subyacente de enfermedad de Alzheimer en estudios postmortem". De hecho, la noción de que esta enfermedad neurodegenerativa sólo se puede confirmar mediante una autopsia está quedando atrás.
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En palabras de Molinuevo, lo que se propugna en los foros internacionales es "una aproximación ecobiológica, donde la parte clínica la proporciona un síntoma muy específico, como es la pérdida de memoria episódica, y la parte biológica la proporciona un biomarcador", que puede ser, además de los ya citados, un gen mutado.
Aceptación
Por su parte, Pablo Martínez-Lage ha participado en un estudio que refleja la buena acogida del empleo de biomarcadores en Alzheimer. Se trata de una encuesta realizada por el Consorcio Europeo de Enfermedad de Alzheimer que se ha publicado en Alzheimer's & Dementia en agosto. El 79 por ciento de los representantes de centros especializados que respondieron al sondeo aseguraron que se sienten "muy o extremadamente seguros al proporcionar el diagnóstico de deterioro cognitivo leve debido a Alzheimer cuando los biomarcadores de amiloide y de daño neuronal son anómalos".
De momento, el empleo de PET amiloide y la determinación de biomarcadores en líquido cefalorraquídeo no se usan de forma generalizada en la práctica clínica, pero sí resultan de utilidad en determinados casos de diagnóstico diferencial y, sobre todo, en investigación. En este ámbito, el gran reto es detectar de forma incipiente los cambios que se producen en el cerebro para frenar en seco la neurodegeneración. Ya se han iniciado ensayos clínicos en esta línea aún por explorar.

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