jueves, 21 de agosto de 2014

Asociaciones entre el IMC y los tipos de cáncer más habituales

Asociaciones entre el IMC y los tipos de cáncer más habituales

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Asociaciones entre el IMC y los tipos de cáncer más habituales

  • The Lancet



Análisis de un factor de riesgo evitable de cáncer
Antecedentes
Un índice de masa corporal (IMC) elevado predispone a diversos tipos de cáncer de localización específica, pero hasta el momento no se había realizado ninguna caracterización sistemática y detallada a gran escala de las pautas de riesgo en los diversos tipos de cáncer habituales ajustado en relación con los posibles factores de confusión. Nuestro objetivo fue investigar la relación entre el IMC y los tipos de cáncer de localización específica más habituales.
Métodos
Utilizando datos de atención primaria de personas incluidas en el Clinical Practice Research Datalink con datos sobre su IMC, adaptamos modelos de Cox para investigar las asociaciones entre el IMC y 22 de los tipos de cáncer más habituales, realizando ajustes por los posibles factores de confusión. Adaptamos modelos lineales y, a continuación, no lineales (spline); investigamos la modificación de los efectos por sexo, estado en relación con la menopausia, tabaquismo y edad, y calculamos los efectos poblacionales.
Resultados
Se incluyó a 5,24 millones de personas; 166.955 de ellas presentaron casos de cáncer de interés. El IMC se asoció con 17 de 22 tipos de cáncer, pero los efectos variaron sustancialmente dependiendo de la localización. Cada 5 kg/m2 de aumento en el IMC se asoció de forma básicamente lineal con el cáncer de útero (cociente de riesgos [hazard ratio, HR] 1,62, IC del 99 % 1,56—1,69; p<0,0001), vesícula biliar (1,31, 1,12—1,52; p<0,0001), riñón (1,25, 1,17—1,33; p<0,0001), cuello del útero (1,10, 1,03—1,17; p = 0,00035), glándula tiroidea (1,09, 1,00—1,19; p = 0,0088) y leucemia (1,09, 1,05—1,13; p≤0,0001). En general, el IMC se asoció positivamente con el cáncer de hígado (1,19, 1,12—1,27), colon (1,10, 1,07—1,13), ovario (1,09, 1,04—1,14) y cáncer de mama posmenopáusico (1,05, 1,03—1,07) (p para todos <0,0001), pero estos efectos variaban dependiendo del IMC subyacente o de las características de la persona. Se calcularon asociaciones inversas con el riesgo de cáncer de mama premenopáusico y de próstata, tanto en general (próstata 0,98, 0,95—1,00; cáncer de mama premenopáusico 0,89, 0,86—0,92) como en personas que nunca habían fumado (próstata 0,96, 0,93—0,99; cáncer de mama premenopáusico 0,89, 0,85—0,94). En contraste con ello, en los casos de cáncer de pulmón y de la cavidad bucal no se observó asociación alguna en las personas que nunca habían fumado (pulmón 0,99, 0,93—1,05; cavidad bucal 1,07, 0,91—1,26): las asociaciones inversas vinieron impulsadas, en general, por los fumadores actuales y antiguos fumadores, probablemente debido a la confusión residual por la cantidad de tabaquismo. Suponiendo causalidad, el 41 % de los casos de cáncer de útero y al menos el 10 % de los casos de cáncer de vesícula biliar, riñón, hígado y colon pueden atribuirse al exceso de peso. Calculamos que un aumento en 1 kg/m2 en el IMC a nivel poblacional haría que 3790 pacientes anuales más en el Reino Unido presentaran uno de los diez tipos de cáncer asociados positivamente con el IMC.
Interpretación
El IMC se asoció con el riesgo de cáncer, con importantes efectos poblacionales. La heterogenia de los efectos indica que distintos mecanismos se asocian con diferentes localizaciones de cáncer y subgrupos de pacientes distintos.

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