lunes, 7 de julio de 2014

Campamentos infantiles para tratar y 'olvidar' enfermedades - DiarioMedico.com

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PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN

Campamentos infantiles para tratar y 'olvidar' enfermedades

Las actividades, la medicación y la comida tienen que ser controladas en las colonias. Los alergólogos advierten de la importancia de ir creando protocolos de actuación.
Luz Mar Rebollo. Madrid | luz.rebollo@unidadeditorial.es   |  07/07/2014 00:00
  
Fisioterapeuta con un niño
Fisioterapeuta realizando actividades específicas a un niño con problemas reumatológicos. (DM)
Cada verano diferentes asociaciones dedicadas a patologías infantiles organizan campamentos para que los niños compartan unas semanas de vacaciones con compañeros que presenten su misma enfermedad. En este espacio la asistencia de médicos especializados se vuelve especialmente importante para que la experiencia sea grata y segura.
"Los campamentos de verano para niños deberían contar siempre con la ayuda de profesionales sanitarios", afirma Raquel Barrio, endocrinóloga pediátrica del Hospital Ramón y Cajal, a DM. Barrio incide en la necesidad de la participación de personal especializado en diabetes pediátrica en el caso de los campamentos con niños afectados. "Hay que controlar las actividades y el esfuerzo que requieren para evitar la aparición de una hipoglucemia, así como tener especial cuidado con las comidas" en los niños que precisan de una dieta especializada.
Un buen ejemplo del compromiso de los especialistas con el desarrollo de estas colonias viene de la mano de Daniel Clemente, reumátologo del Hospital Niño Jesús y participante de la granja escuela Albitana en Brunete (Madrid), que organiza la Sociedad Española de Reumatología (SER) por segundo año. Clemente resalta el programa de ejercicios físicos individualizados que se establece para cada niño. "Varias veces al día tienen ejercicios específicos para ellos y según sus necesidades, como los estiramientos, los masajes y el deporte". La SER coincide con Barrios en la importancia de contar con ayuda profesional; por ello un fisioterapeuta y una enfermera están encargados de los medicamentos y de observar la evolución de la enfermedad durante el campamento.
Posibles complicaciones
Las complicaciones que pueden aparecer durante las vacaciones son infinitas. Los alergólogos pediátricos advierten de que "es indispensable que existan protocolos sobre cómo actuar en aquellos centros o lugares en los que estén presentes niños, entre los cuales puede haber diversas patologías, como las alérgicas", informa Ana María Plaza, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap). Con el objetivo de educar a los niños alérgicos y fomentar la concienciación del tratamiento, la Seicap organiza campamentos educativos en los que enseñan a los menores a convivir con una alergia. "En ellos explicamos, a través del juego, autocuidados, y desmitificamos algunas ideas", señala Plaza, como la creencia de que la alergía impide realizar una vida normal al niño.
Aunque no todas las dificultades son físicas, en el caso de niños con eneuresis nocturna la asistencia a las colonias resulta dificil. Más de un 17 por ciento rehúsan acudir a estas actividades, según una encuesta realizada por el Instituto de Investigación Core Research. "Los padres tienen que contar con la opinión del niño", afirma Barrio. La motivación del pequeño junto a la seguridad sanitaria componen el espacio perfecto para olvidar las enfermedades.

Los hermanos de niños con cáncer también tienen colonias específicas

Los campamentos de verano no sólo están dedicados a los niños que presenten una patología específica sino que muchos contemplan la participación de la familia. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Cataluña ha ido más allá al organizar del 27 al 31 de julio unas colonias específicas para hermanos de niños con cáncer.
"Durante los ingresos hospitalarios no sólo entra el niño en el hospital; también ingresan los padres, por lo que el hermano o hermanos sanos tienden a sentirse olvidados", explica Belén Fernández, psicóloga de la AECC. Las colonias ofrecen, de manera gratuita, actividades lúdicas y terapéuticas a niños y niñas y adolescentes de 7 a 17 años, similares a las que realizan sus hermanos en los campamentos específicos.
El objetivo de las actividades, guiadas por monitores de tiempo libre y psicólogos de la asociación, es que los menores puedan expresar y compartir la experiencia de ser hermano de un niño con cáncer con otros niños y jóvenes en una situación similar. "A través de un taller de emociones se les enseña a mostrar sus sentimientos y deshechar la culpabilidad que muchos de ellos sienten", comenta Fernández. Según la AECC, los hermanos "son muchas veces los grandes olvidados cuando en una familia hay un hijo con esta enfermedad".

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