martes, 13 de mayo de 2014

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La fibromialgia sigue teniendo un escaso reconocimiento social



Madrid (13/05/2014) - Redacción

• Desde la SER consideran que habría que mejorar dos aspectos: "desde el médico, que debe tener una mayor predisposición a la hora de reconocer la enfermedad e investigar más sobre la misma; y desde el paciente, ya que es necesario un mayor reconocimiento social de una enfermedad invisible"

• Las principales consecuencias de esta patología son las limitaciones laborales y de actividades de la vida diaria, mermando la autoestima y provocando síntomas ansioso-depresivos secundarios

"Aún queda un largo camino por recorrer en la fibromialgia", afirma el doctor Antonio Ponce, médico adjunto de la unidad de Gestión Clínica de Reumatología del Hospital Regional Universitario Carlos Haya y coordinador de la Unidad de Dolor y Reumatismos Degenerativos. Bajo su punto de vista, habría que mejorar dos aspectos fundamentales: "desde el médico, que debe tener una mayor predisposición a la hora de reconocer la enfermedad e investigar más sobre la misma; y desde el paciente, ya que es necesario un mayor reconocimiento social de una enfermedad "invisible" y asumir el drama personal, familiar y socio laboral, así como el resto de limitaciones que provoca la fibromialgia".
Con motivo del Día Mundial de la Fibromialgia, que se celebra el 12 de mayo, el experto señala que, según el estudio EPISER (que estudia la prevalencia e impacto de las enfermedades reumáticas en la población adulta), realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER) en 2001, la prevalencia de esta enfermedad es "de entre un 2,3 y un 3,2 por ciento". "Si consideramos -añade- como término medio el 3 por ciento en una población de 47 millones de personas, los afectados en nuestro país estarán en torno a 1.300.000 personas".
Las principales consecuencias de esta patología son las limitaciones laborales y de actividades de la vida diaria, mermando la autoestima y provocando síntomas ansioso-depresivos secundarios. Según el doctor Ponce, el sufrimiento de estas personas, "viene dado además por la invisibilidad de la enfermedad (los síntomas con la que se presentan son subjetivos y referidos por el paciente y de difícil constatación), y la estigmatización que tiene la enfermedad en la sociedad (muchas personas creen que la enfermedad está en la cabeza de la persona que la padece)".
Pero la situación ha mejorado en los últimos años. Como destaca este especialista, "disponemos de evidencias de la mejora del dolor y calidad de vida con los tratamientos no farmacológicos como el ejercicio adaptado al paciente, y sus beneficios en la FM. También disponemos de nuevas alternativas terapéuticas en el tratamiento del dolor como analgésicos o antidepresivos que intentan modular la vía ascendente del dolor y potenciar las vías  descendentes, aunque no disponemos en Europa de tratamientos específicos para el tratamiento de la FM".
En su opinión "el tratamiento debe ser multidisciplinar y en él debe colaborar el paciente en su recuperación, estableciendo una alianza terapéutica con el médico que le trata.  El profesional que se dedique a la mejora de los pacientes debe conocer una amplia farmacopea para el tratamiento de los síntomas tan amplios y alejados de la Reumatología que presentan los pacientes con FM".
Causas desconocidas
Fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso. La fibromialgia se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado en las articulaciones pero no es una enfermedad articular. En términos generales podemos decir que la fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos estímulos que habitualmente no lo son. Además del dolor, la fibromialgia puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies. También pueden notarse hormigueos poco definidos que afectan de forma difusa sobre todo a las manos.
No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que hay muchos factores implicados. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otras comienza después de procesos identificables como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.
La fibromialgia se reconoce como un síndrome, lo que significa que el reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinada unas alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por expertos para su diagnóstico. La enfermedad no tiene curación definitiva. El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para conseguir una gran mejoría en la calidad de vida de la persona con fibromialgia.

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