viernes, 4 de abril de 2014

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Modelos de ordenador reconocen 21 expresiones faciales y pueden servir para tratar enfermedades como el autismo


04/04/2014 - E.P.

Los científicos cognitivos quieren vincular las expresiones faciales con las emociones para realizar un seguimiento de los genes elementos químicos y vías nerviosas que regulan la emoción en el cerebro

Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, Estados Unidos, han encontrado una manera por la que los ordenadores reconocen 21 expresiones faciales incluso complejas o aparentemente contradictorias. El modelo electrónico resultante permitirá analizar las emociones en el cerebro con más precisión que nunca antes y, tal vez, incluso, ayude al diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales como el autismo y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los autores detallan cómo han más que triplicado el número de expresiones faciales documentadas para el análisis cognitivo. "Hemos ido más allá de expresiones faciales de emociones sencillas como feliz o triste", afirma uno de los investigadores, Aleix Martínez, científico cognitivo y profesor asociado de Ingenería Eléctrica e Informática en la Universidad de Ohio.
"Encontramos una fuerte coherencia en cómo las personas mueven sus músculos faciales para expresar 21 categorías de emociones destaca Martínez. Esas 21 emociones se expresan de la misma manera en casi todo el mundo, al menos en nuestra cultura".
Por lo menos desde la época de Aristóteles, los estudiosos han tratado de entender cómo y por qué la cara delata nuestros sentimientos desde la alegría a la tristeza y toda una gama de emociones. Hoy en día, la cuestión ha sido retomada.
Hasta ahora, los científicos cognitivos han limitado sus estudios a seis emociones básicas, feliz, triste, temeroso, enfadado, sorprendido y disgustado, sobre todo porque se pensaba que las expresiones faciales para estos sentimientos eran evidentes. Pero descifrar el funcionamiento del cerebro de una persona con sólo seis categorías es como pintar un retrato sólo con los colores primarios, señala Martínez, es decir, que puede proporcionar una imagen abstracta de la persona, pero no es fiel a la realidad.
"En la ciencia cognitiva, tenemos el supuesto básico de que el cerebro es una computadora. Así que queremos encontrar el algoritmo en nuestro cerebro que nos permite reconocer las emociones en las expresiones faciales", explica. "En el pasado, cuando estábamos tratando de descifrar el algoritmo usando solamente esas seis categorías básicas de emociones, teníamos una tremenda dificultad. Esperemos que con la adición de varias categorías, sea más sencillo decodificar y analizar el algoritmo en el cerebro", agrega.
Estos expertos fotografiaron a 230 voluntarios, 130 mujeres y cien hombres, en su mayoría estudiantes universitarios, que debían cambiar sus caras en respuesta a señales verbales. En las 5000 imágenes resultantes, en las que laboriosamente se señalaron puntos destacados de los músculos faciales, se utilizó el 'Facial Action Coding System' (FACS), una herramienta estándar en el análisis del lenguaje corporal.
Los autores del trabajo registraron los datos de FACS de las similitudes y diferencias en las expresiones y encontraron 21 emociones: las seis emociones básicas y emociones que existen como combinaciones de esas seis básicas, como "felizmente sorprendido" o "triste enojado", que los investigadores denominan "emociones compuestas". El modelo fue capaz de determinar el grado en que las emociones básicas y emociones compuestas se caracterizan por una expresión particular.
Aunque el modelo está destinado a ser una herramienta para la investigación básica de la cognición, Martínez prevé posibles aplicaciones en el tratamiento de los trastornos que involucran los desencadenantes emocionales, como el  trastorno de estrés postraumático o la falta de reconocimiento de las emociones de otras personas, como el autismo.
"Finalmente, podremos comenzar a entender estos trastornos mucho mejor y desarrollar terapias o medicamentos para aliviarlos", concluye Martínez

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