La homocisteína, clave del beneficio neurológico que ejerce la vitamina B

Entre el 30 y el 50 por ciento (dependiendo del estudio) de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollarán Alzheimer u otra demencia al cabo de cinco años.

Juana Jiménez Alcalá. Oslo | 15/04/2014 00:00

La investigadora noruega Helga Refsum. (DM)

VISTA:

Entre el 30 y el 50 por ciento (dependiendo del estudio) de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollarán Alzheimer u otra demencia al cabo de cinco años. El grupo de Helga Refsum, profesora de Nutrición Molecular en la Universidad noruega de Oslo, ha demostrado que se puede reducir hasta en un 90 por ciento la atrofia en las neuronas -especialmente en aquellas zonas afectadas por el Alzheimer- a través de ciertas vitaminas, siempre que se trate de pacientes que presenten un nivel de homocisteína de 11.

"Si hay un elevado nivel de homocisteína, la falta de vitamina B12 o la carencia de folato pueden ser la causa de los ovillos neurofibrilares. Sin embargo, si hay un bajo nivel los efectos positivos de ciertas vitaminas no son tan apreciables".

Ya se conocían los efectos positivos de la vitamina B para el cerebro, pero Refsum quiso centrarse en aquellas partes de las neuronas que permanecen dañadas a pesar de mejorar los niveles de ciertas vitaminas.

Se puede reducir en un 90 por ciento la atrofia en las neuronas -sobre todo en aquellas zonas afectadas por el Alzheimer- a través de ciertas vitaminas

"Si somos capaces de frenar ese proceso de atrofia será un gran paso para combatir el Alzheimer. Hoy en día, el tratamiento se inicia demasiado tarde", indica Refsum.

El estudio contó con 270 personas en torno a los 70 años que presentaban deterioro cognitivo leve. A un subgrupo de ellas se les administraron suplementos que incluían vitamina B12, vitamina B6 y ácido fólico y se les hizo un seguimiento de dos años.

La investigadora ha precisado que es necesario utilizar dosis farmacológicas de vitamina B12 para obtener los suficientes efectos positivos, ya que puede que no se absorba adecuadamente por las personas mayores, que no tienen el suficiente ácido en el estómago.

Por otro lado, Refsum destaca que no se registraron diferencias en la prevalencia de cáncer entre quienes consumieron los suplementos y los que no y espera que este estudio pueda contribuir a la investigación en otros factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, como la hipertensión, la diabetes, la mala alimentación y la inactividad física.

Esta doctora recomienda prestar atención al estado de la memoria y mirar los niveles de homocisteína, que podría constituir un marcador de la gravedad de la pérdida de memoria. Por otra parte, se muestra partidaria de controlar la dieta como modo de prevención del Alzheimer y otras patologías.