sábado, 18 de enero de 2014

Las células inmunes podrían curar un corazón dañado - DiarioMedico.com

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MACRÓFAGOS EMBRIONARIOS

Las células inmunes podrían curar un corazón dañado

Según un nuevo estudio, en el corazón conviven dos grandes grupos de células madre pertenecientes a los macrófagos. Los macrófagos embrionarios promueven la curación, mientras que los adultos son inflamatorios.
Redacción. Madrid   |  16/01/2014 18:00

Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (EEUU) han descubierto que dos grandes grupos de células madre pertenecientes a los macrófagos están presentes en el corazón. Uno de ellos parece promover la curación y el otro impulsa la inflamación, que es negativa para el funcionamiento del corazón a largo plazo. Los resultados de este trabajo se han publicado en Immunity.
"Nuestro estudio demuestra que realmente hay muchos tipos diferentes de macrófagos que se originan en distintas partes del organismo. Algunos son protectores y pueden potenciar la ongiogénesis, mientras que otros son inflamatorios y pueden contribuir al daño", explica Slava Epelman, profesor de medicina.
Aunque siempre se ha creído que los macrófagos se originaban en la médula ósea y pasaban al torrente sanguíneo, "ahora sabemos que es más complicado", dice Epelman. "Hemos descubierto que el corazón es uno de los pocos órganos junto con el cerebro y el hígado que tienen un grupo de macrófagos embrionarios formados en el saco vitelino y que se mantienen en la edad adulta. Creemos que estos macrófagos son protectores", añade.
Epelman y su equipo investigó en ratones y descubrió que los corazones sanos mantienen esta población de macrófagos embrionarios, además de un pequeño grupo de estas células adultas que llegan a través de la sangre. Sin embargo, durante el estrés cardiaco llegaban más macrófagos adultos que sustituían a los embrionarios.
"Ahora que conocemos la diferencia entre estos dos tipos de macrófagos, podemos intentar dirigirnos solamente a uno. Queremos intentar bloquear los macrófagos adultos que llegan por el torrente sanguíneo, ya que parecen ser inflamatorios. Y queremos potenciar a los embrionarios que ya están en el corazón para que proliferen en respuesta al estrés, porque ayudan al corazón a regenerarse", concluye Epelman.

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