martes, 14 de mayo de 2013

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La contaminación del aire aumenta el riesgo de resistencia a la insulina en los niños

 
15-16/05/2013 - E.P.

Los resultados de este estudio apoyan la idea de que el desarrollo de la diabetes en los adultos podría tener su origen a principios de vida incluyendo la exposición ambiental

La investigación, publicada en Diabetologia, fue realizada por Elisabeth Thiering y Joachim Heinrich, del 'Helmholtz Zentrum München', en Neuherberg, Alemania.
Estudios previos han vinculado la contaminación del aire y otras enfermedades crónicas como la aterosclerosis y la cardiopatía identificada, pero hasta la fecha, los estudios epidemiológicos que han analizado las asociaciones entre la exposición a largo plazo a la contaminación del aire relacionada con el tráfico y la diabetes tipo 2 en adultos son inconsistentes y los relativos a la resistencia a la insulina en niños son escasos.
"Aunque la toxicidad difiere entre los contaminantes del aire, son todos considerados potentes oxidantes que actúan directamente sobre los lípidos y las proteínas o indirectamente a través de la activación de las vías oxidantes intracelulares", afirma Heinrich.
El estrés oxidativo causado por la exposición a contaminantes del aire puede jugar un papel en el desarrollo de la resistencia a la insulina. Además, algunos estudios han informado de que aumentos de la exposición a corto y largo plazo a partículas y dióxido de nitrógeno (NO2) conlleva a elevados biomarcadores inflamatorios, otro mecanismo potencial para la resistencia a la insulina, añade.
En este nuevo estudio, se obtuvieron muestras de sangre en ayunas de 397 niños de 10 años, en un seguimiento de dos cohortes. Las exposiciones a nivel individual a los contaminantes del aire relacionados con el tráfico en su lugar de nacimiento se estimaron mediante el análisis de las emisiones del tráfico rodado en la zona, la densidad de población y el uso de la tierra en la zona, y la asociación entre la contaminación del aire y resistencia a la insulina se calculó con un modelo ajustando varios posibles factores de confusión como el nivel socioeconómico de la familia, el peso al nacer, el estado puberal y el índice de masa corporal (IMC), así como la exposición al humo de segunda mano en el hogar.
Los investigadores hallaron que los niveles de resistencia a la insulina fueron mayores en los niños con mayor exposición a la contaminación atmosférica. En concreto, la resistencia a la insulina aumentó en un 17 por ciento por cada 10,6 g/m3 (dos desviaciones estándar [SDs] de la media) de subida de dióxido de nitrógeno en el ambiente (NO2) y el 19 por ciento por cada 6 g/m3 (dos desviaciones estándar) de crecimiento de la materia en partículas de hasta a 10 micras de diámetro.
La proximidad a la carretera principal más cercana incrementó la resistencia a la insulina en un 7 por ciento por cada 500 metros. Según Heinrich, hay algunas pruebas de que la contaminación atmosférica se asocia con un menor peso al nacer y restricciones en el crecimiento y también queda demostrado en una de las cohortes del estudio que es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2.
Por lo tanto, se puede especular que el bajo peso al nacer es un paso intermedio o "fenotipo" entre la contaminación del aire y la resistencia a la insulina. "Sin embargo, no se encontraron pruebas que sugieren que esto puede ser cierto en nuestra cohorte de niños, todos los cuales tenían un peso al nacer por encima de 2,5 kg", matiza Heinrich.
"Hasta donde sabemos, este es el primer estudio prospectivo que investigó la relación entre la contaminación del aire relacionada con el tráfico de larga duración y la resistencia a la insulina en los niños, cuyos niveles de resistencia de insulina tienden a aumentar con la mayor exposición a la contaminación del aire, una observación que se mantuvo firme después del ajuste de varios factores de confusión, como el nivel socioeconómico, el IMC y el tabaquismo pasivo", resume el principal investigador.
Actualmente, siguen en curso los 15 años de seguimiento de ambos grupos y los autores planean investigar cómo se traducen sus resultados a mayor edad durante o después de la pubertad. "Pasar de una zona contaminada a una zona limpia y viceversa nos permitiría explorar la persistencia de los efectos relacionados con la exposición perinatal y evaluar el impacto de la exposición a una mayor concentración de la contaminación del aire en el futuro", dice Heinrich.
"Si la contaminación del aire relacionada con el aumento del riesgo de resistencia a la insulina en la edad escolar tiene algún significado clínico es una pregunta sin respuesta hasta el momento. Sin embargo, los resultados de este estudio apoyan la idea de que el desarrollo de la diabetes en los adultos podría tener su origen a principios de vida, incluyendo la exposición ambiental", concluye.

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