jueves, 30 de mayo de 2013

Algunos usuarios de desfibriladores implantables pueden practicar deportes: estudio: MedlinePlus

Algunos usuarios de desfibriladores implantables pueden practicar deportes: estudio: MedlinePlus

 

Algunos usuarios de desfibriladores implantables pueden practicar deportes: estudio


Traducido del inglés: martes, 28 de mayo, 2013
Por Andrew M. Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Aunque las personas con un desfibrilador cardíaco implantado no deberían hacer actividad deportiva intensa, un nuevo estudio sugiere que algunos podrían competir sin consecuencias graves.
Un equipo siguió a 372 atletas implantados durante dos años y medio; ninguno murió mientras corría, esquiaba o jugaba baloncesto o fútbol.
Eso no significa que los dispositivos, que restablecen el ritmo cardíaco, no se activaran durante la competencia o la práctica deportiva, pero no más que durante otras actividades de ocio o trabajo.
La autora principal, doctora Rachel Lampert, de la Facultad de Medicina de Yale, en Connecticut, dijo que los resultados no les otorgan a los pacientes una licencia para hacer deporte, sino que ayudan a los médicos a saber si sus pacientes pueden volver a competir.
Los desfibriladores cardioversores implantables (DCI) son similares a los marcapasos, pero más complejos. Monitorean el corazón constantemente y están programados para producir choques eléctricos cuando detectan alteraciones peligrosas del ritmo cardíaco. Cada año, se implantan unos 100.000 dispositivos en Estados Unidos.
El Colegio Estadounidense de Cardiología (ACC, por su nombre en inglés) y la Sociedad Europea de Cardiología desaconsejan que los pacientes con DCI hagan deportes más extenuantes que el golf o el bowling.
Lampert explicó que la preocupación principal es que los DCI fallen y la persona muera súbitamente, que el choque eléctrico cardíaco produzca alguna lesión o que el dispositivo se dañe durante la competencia.
En el estudio publicado en la revista Circulation, el equipo reunió en el 2006 a 372 atletas de entre 10 y 60 años, todos con DCI, de Estados Unidos y Europa.
Atletismo, baloncesto y fútbol eran los deportes más comunes en el grupo. Un cuarto también realizaba deportes de alto riesgo, como esquí o snowboard. Los autores los controlaron cada seis meses hasta enero del 2012. El seguimiento de cada atleta duró alrededor de dos años y medio.
No se registraron lesiones por los choques eléctricos de los DCI, una asistencia que se activó en el 20 por ciento de los atletas durante el seguimiento. Un 10 por ciento de los atletas recibió esa asistencia eléctrica durante la competencia o las prácticas y dos tercios de esos casos pudieron volver al campo de juego.
El doctor Barry J. Maron, coautor del estudio y uno de los redactores de las guías del ACC sobre la práctica de deportes y DCI, dijo que los choques eléctricos no son eventos menores y que cualquier decisión sobre los DCI y la actividad deportiva debería tener en cuenta el riesgo de que se dispare esa asistencia.
"El riesgo de morbilidades no es necesariamente bajo porque el porcentaje de choques eléctricos es bastante alto. Se trata de eventos importantes que deberían tenerse en cuenta para tomar cualquier decisión", indicó Maron, director del Centro de Cardiomiopatías Hipertróficas de la Fundación Instituto del Corazón de Minneapolis.
Lampert opinó que se necesitan más estudios sobre cómo los médicos deberían determinar qué pacientes podrían empezar a practicar deportes o hacer ejercicio de manera segura porque el estudio se limitó a personas con DCI implantados que ya practicaban deportes al ingresar a la cohorte.
FUENTE: Circulation, online 20 de mayo del 2013
Reuters Health
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