martes, 12 de marzo de 2013

Las nuevas directrices sobre el frotis de Papanicolaou podrían pasar por alto un cáncer agresivo en las mujeres jóvenes, según un estudio: MedlinePlus

Las nuevas directrices sobre el frotis de Papanicolaou podrían pasar por alto un cáncer agresivo en las mujeres jóvenes, según un estudio: MedlinePlus

 

Las nuevas directrices sobre el frotis de Papanicolaou podrían pasar por alto un cáncer agresivo en las mujeres jóvenes, según un estudio

Un cáncer puede provocar problemas en menos de dos años, pero ahora se recomiendan las pruebas cada tres años

Traducido del inglés: viernes, 8 de marzo, 2013
Imagen de noticias HealthDay JUEVES, 7 de marzo (HealthDay News) -- Los cambios recientes en las directrices de detección del cáncer cervical que recomiendan unas pruebas menos exhaustivas podrían resultar en una mayor incidencia de un tipo particularmente agresivo de cáncer cervical en las mujeres jóvenes, sugiere un estudio.
Cuando las directrices de EE. UU. para la detección del cáncer cervical fueron modificadas por primera vez en marzo de 2012, las diferencias estaban muy claras. Las mujeres podían comenzar a hacerse pruebas del cáncer cervical a una edad más avanzada, y el frotis de Papanicolaou para todas se remplazó con un intervalo más largo entre las pruebas, típicamente de tres a cinco años, siempre y cuando no aparecieran anomalías en una prueba.
Pero los investigadores hallaron que el tiempo que pasaba entre un primer Papanicolaou anómalo hasta el diagnóstico de un cáncer de avance rápido conocido como adenocarcinoma de cérvix era de 21 meses en las mujeres menores de 30 años, y de 29 meses en las mujeres mayores de 30 años.
"En cualquier momento en que las directrices nacionales sean modificadas de forma bastante dramática, creo que es importante reevaluar las áreas que quizás se hayan debilitado", planteó la autora del estudio, la Dra. Lisa Barroilhet, profesora asistente de oncología ginecológica de la Universidad de Wisconsin, en Madison.
"No creo que las nuevas directrices provoquen una epidemia desenfrenada de adenocarcinomas, [pero] es importante pensar sobre cómo se obtiene una cura, que con frecuencia conlleva la extirpación de una porción significativa del cérvix", apuntó Barroilhet. "Si una mujer es adolescente o está en la veintena, probablemente aún no haya terminado de tener hijos".
Los resultados del estudio aparecen en línea el 7 de marzo y en la edición impresa de abril de la revista Obstetrics and Gynecology.
El adenocarcinoma era antes un cáncer más raro del cérvix que los cánceres de las células escamosas. Pero debido a que las pruebas del cáncer cervical son tan eficientes en la detección de los cánceres de las células escamosas, la tasa de adenocarcinomas como proporción de todos los cánceres cervicales ha estado en aumento, señaló Barroilhet. La forma inicial de este cáncer se conoce como adenocarcinoma in situ.
Usualmente, los cánceres cervicales son detectados mediante el uso de un frotis de Papanicolaou, que conlleva la recolección de células del cérvix y su revisión por cualquier anomalía. Más recientemente, la detección del virus del papiloma humano (VPH) también se ha convertido en parte de algunas pruebas para el cáncer cervical. El VPH es responsable de casi todos los cánceres cervicales, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.
En general, las nuevas recomendaciones son:
  • Las mujeres menores de 21 años no tienen que hacerse las pruebas.
  • Las mujeres entre los 21 y los 29 años de edad deben someterse a un Papanicolaou cada tres años.
  • Un frotis de Papanicolaou cada tres años, o una combinación de un Papanicolaou con la prueba del VPH, para las mujeres entre los 30 y los 65.
  • No se recomiendan las pruebas para las mujeres mayores de 65 años a menos que tengan un riesgo más elevado de cáncer cervical y no se hayan hecho pruebas regularmente en el pasado.
El estudio actual revisó una década de casos de mujeres diagnosticadas con un adenocarcinoma in situ (AIS) en el Hospital Brigham and Women's de Boston.
De las 242 mujeres diagnosticadas con un AIS, 208 habían mostrado una anomalía en el Papanicolaou. En dos tercios de esas mujeres, el Papanicolaou sugirió inicialmente cambios en las células escamosas en lugar de un AIS, según el estudio.
Los cánceres de las células escamosas se desarrollan mucho más lentamente, apuntó Barroilhet. Sin embargo, para las mujeres del estudio que fueron finalmente diagnosticadas con un AIS, el periodo de tiempo entre su Papanicolaou anómalo y el diagnóstico de un AIS fue de 29 meses entre las mujeres mayores de 30 años y de apenas 21 meses entre las que tenían 30 o menos años de edad.
Se produjeron 17 casos en las mujeres menores de 21 años, y 16 de esas mujeres tuvieron un Papanicolaou anómalo, según el estudio.
La Dr. Elizabeth Poyner, oncóloga ginecológica del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, dijo que es particularmente importante hallar esos cánceres pronto en las mujeres en edad fértil, porque los tratamientos que son necesarios para salvar la vida de una mujer podrían dañar su fertilidad.
Barroilhet dijo que esos hallazgos tienen que ser confirmados en un grupo más grande de mujeres, y con pacientes de más de un hospital. También señaló que no creía que las directrices actuales sobre las pruebas tengan que reexaminarse debido a los nuevos hallazgos.
"Creo que nuestras directrices sobre las pruebas se desarrollaron de forma sopesada y exhaustiva", planteó. Pero añadió que el estudio sí muestra una posible debilidad de las directrices.
Poyner se mostró de acuerdo. "Es algo que debemos hablar", aseguró. "¿Afectarán las nuevas directrices nuestra capacidad de hallar el adenocarcinoma in situ? Solo el tiempo lo dirá, pero es algo de lo que debemos preocuparnos".
Barroilhet añadió que las mujeres jóvenes pueden tomar una medida importante para protegerse, vacunándose contra el VPH. La vacuna se recomienda a los 12 o 13 años de edad, pero está aprobada para su uso en niñas y mujeres de 9 a 26 años.
"Si se vacuna contra el VPH, el frotis de Papanicolaou se hace mucho menos crítico", explicó Barroilhet.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Lisa Barroilhet, M.D., assistant professor, gynecologic oncology, University of Wisconsin, Madison; Elizabeth Poyner, M.D., gynecologic oncologist and pelvic surgeon, Lenox Hill Hospital, New York City; April 2013 Obstetrics and Gynecology
HealthDay
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