miércoles, 16 de enero de 2013

Los traumas durante la infancia se quedan grabados en el cerebro - DiarioMedico.com

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EFECTOS DE LOS TRAUMAS PSICOLÓGICOS

Los traumas durante la infancia se quedan grabados en el cerebro

Se sabe que los adultos con conductas violentas suelen haber tenido un problemas psicológicos durante la infancia. En muchas de estas personas se presentan alteraciones físicas en el córtex orbitofrontal. Pero hasta ahora había sido difícil encontrar un enlace directo entre el trauma psicológico y los cambios neurológicos.
redacción   |  15/01/2013 18:02

 
 
En un estudio publicado en la 15 Edición de Transnational Psychitry, la profesora Carmen Sandi  y su equipo han demostrado por primera vez la relación entre el trauma psicológico en ratas preadolescentes y los cambios neuronales similares encontrados en personas con conducta violenta.

"Este estudio demuestra que las personas expuestas a un trauma psicológico durante la infancia no solo sufrieron psicológicamente, sino que también su cerebro se vio alterado", explica Sandi, encargada del EPFL´s Laboratory of Behavioral Genetics ,directora del Brain Mind Institute y miembro de National Centers for Competence in Research SYNAPSY. "Esto añade una dimensión adicional a las consecuencias del abuso, y obviamente tienen implicaciones científicas, terapéuticas y sociales."

Los investigadores pudieron aclarar los fundamentos biológicos de la violencia usando la cohorte de ratas macho expuestas a situaciones de estrés psicológico en la juventud. Después de observar que estas experiencias llevaban a conductas agresivas cuando las ratas eran adultas, examinaron qué estaba pasando en el cerebro de estos animales para ver si el período del trauma había dejado alguna secuela.

"En una situación social desafiante, el córtex orbitofrontal de un individuo sano se activa para inhibir los impulsos agresivos y mantener interacciones normales", explica Sandi. "Pero en las ratas que hemos estudiado, hemos notado que existía una pequeña activación en el córtex orbitofrontal. Esto, a su vez, reduce su habilidad para controlar los impulsos negativos. Esta pequeña activación está acompañada de la sobreestimulación de la amígdala".

Los científicos también midieron los cambios en la expresión de ciertos genes del cerebro. Se centraron en genes que son propios de conductas agresivas. Hay determinados polimorfismos que los predispone  a una actitud agresiva, y vieron que el estrés psicológico experimentado por las ratas también producía alteranciones en sus genes. "Hallamos que la modificación en el nivel del gen MAO_A se incrementaba en el córtex prefrontal".

Finalmente, los investigadores probaron la eficacia del gen inhibidor MAO_A, en este caso antidepresivo, para ver si podían parar el incremento de la agresividad producido por el estrés en la juventud.

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