miércoles, 12 de diciembre de 2012

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Un estudio halla que la epigenética y no la genética, subyace en la homosexualidad

13/12/2012 - E.P.

No se ha encontrado ningún gen que predisponga a la homosexualidad a pesar de los numerosos estudios que buscan una conexión genética

La epigenética, es decir, cómo la expresión génica está regulada por interruptores temporales, llamados epi-marcas, parece ser un factor crítico y que contribuye al enigma de por qué se produce la homosexualidad, según un estudio publicado en The Quarterly Review of Biology. Las epi-marcas específicas del sexo, que normalmente no pasan entre generaciones y por lo tanto se borran, pueden llevar a la homosexualidad cuando escapan del "borrado" y se transmiten de padre a hija o madre a hijo.
Estudios anteriores han demostrado que la homosexualidad es hereditaria, lo que ha llevado a la mayoría de los investigadores a suponer que hay una contribución genética a la preferencia sexual, pero no se ha encontrado ningún gen importante que predisponga a la homosexualidad.

En el estudio actual, investigadores del Grupo de Trabajo sobre Conflictos Intragenómicos en el Instituto Nacional para la síntesis matemática y biológica (NIMBioS) integraron la teoría de la evolución con los avances recientes en la regulación molecular de la expresión génica dependiente de andrógenos y el desarrollo sexual para producir un modelo biológico y matemático que delinee el papel de la epigenética en la homosexualidad.

Las epi-marcas constituyen una capa adicional de información adjunta al eje central que constituyen nuestros genes, que regula su expresión. Mientras que los genes contienen las instrucciones, las epi-marcas tienen instrucciones directas sobre cuándo, dónde y cuánto se expresa un gen durante el desarrollo y se producen generalmente de nuevo en cada generación, pero la evidencia reciente demuestra que a veces se arrastra entre las generaciones y contribuye así a la similitud entre los familiares, parecido al efecto de los genes compartidos.

Las epi-marcas específicas de un sexo específico producidas en el desarrollo fetal temprano protegen cada sexo de la variación sustancial natural de la testosterona que se produce durante el desarrollo posterior del feto y evitan que fetos de sexo femenino sean masculinizados cuando experimentan la testosterona anormalmente alta, y viceversa para los fetos varones.

Hay diferentes epi-marcas que protegen los rasgos del sexo de ser masculinizados o feminizados, algunas de los cuales afectan a los genitales, otras a la identidad sexual y otras a la preferencia de pareja sexual, por ejemplo. Sin embargo, cuando estas epi-marcas se transmiten de generación en generación de padres a hijas o madres a hijos pueden causar efectos invertidos, como la feminización de algunos rasgos en los hijos, como la preferencia sexual, y de manera similar a la masculinización parcial de las hijas.

El estudio resuelve el enigma evolutivo de la homosexualidad, encontrando que epi-marcas "sexualmente antagonistas", que normalmente protegen a los padres de la variación natural en los niveles de hormonas sexuales durante el desarrollo fetal, a veces remanentes a través de generaciones causan la homosexualidad en la descendencia del sexo opuesto. El modelado matemático demuestra que los genes que codifican estas epi-marcas pueden propagarse fácilmente entre la población.
"La transmisión de las infecciones antagónicas de epi-marcas entre las generaciones es el mecanismo evolutivo más plausible del fenómeno de la homosexualidad humana", dijo el coautor del estudio, Sergey Gavrilets, director asociado en el NIMBioS  para actividades científicas y profesor de la Universidad de Tennessee-Knoxville.

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