sábado, 10 de noviembre de 2012

La temperatura corporal puede ser importante tras un paro cardiaco: MedlinePlus

La temperatura corporal puede ser importante tras un paro cardiaco: MedlinePlus

 

La temperatura corporal puede ser importante tras un paro cardiaco

Una investigación sugiere que bajar la temperatura corporal hasta 89.6 grados Fahrenheit (32 grados Celsius) podría mejorar la protección y la supervivencia del cerebro

Mary Elizabeth Dallas
Traducido del inglés: jueves, 8 de noviembre, 2012
Imagen de noticias HealthDay
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MIÉRCOLES, 7 de noviembre (HealthDay News) -- Enfriar la temperatura corporal de las personas que han sido reanimadas tras un paro cardiaco podría incrementar sus posibilidades de sobrevivir, según un estudio reciente.
Los investigadores también hallaron que bajar la temperatura de los pacientes con paro cardiaco podría resultar en una mejora de las funciones cerebrales y de la capacidad de realizar las tareas cotidianas, como bañarse o vestirse, tras la recuperación.
Durante un paro cardiaco, el corazón deja de funcionar de forma repentina. Si se restablece el ritmo cardiaco de una persona, pero se encuentra en coma, el tratamiento puede incluir el enfriamiento de la temperatura corporal de los pacientes para intentar reducir la cantidad de oxígeno que necesitan, y evitar así los daños cerebrales. Al realizar el estudio, los investigadores se propusieron determinar la temperatura de enfriamiento ideal, la que permitiera obtener los mejores resultados en los pacientes con paro cardiaco.
"Como las temperaturas extremadamente bajas por debajo de [86 grados Fahrenheit o 30 grados Celsius] se relacionan con algunas complicaciones, resulta esencial saber el nivel óptimo del enfriamiento", explicó en un comunicado de prensa de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA) el investigador principal, el Dr. Esteban López-de-Sá, jefe de la Unidad de Cuidados Agudos Cardiológicos y de Cardiología Crítica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, España. "El objetivo del estudio era obtener una información inicial para la investigación futura sobre si el control de los niveles de hipotermia puede mejorar sus resultados".
El estudió contó con 36 personas en Madrid que sufrieron un paro cardiaco fuera del hospital entre marzo de 2008 y agosto de 2011. Los pacientes tenían una edad promedio de 64 años y el 89 por ciento eran hombres. Todos los participantes eran blancos.
Se asignó de manera aleatoria a los participantes un tratamiento de enfriamiento de 89.6 grados Fahrenheit (32 grados Celsius) o de 93.2 grados Fahrenheit (34 grados Celsius) durante 24 horas. Se enfrió internamente a los pacientes con una solución salina fría administrada por vía intravenosa. También se insertó directamente a la vena principal un catéter interno y un sistema de regulación de la temperatura desde la parte inferior del cuerpo hasta el corazón. A este tratamiento le seguía un recalentamiento gradual de 12 a 24 horas.
Los investigadores hallaron que el 44 por ciento de aquellos a los que se enfrió a 89.6 grados Fahrenheit (32 grados Celsius) tras el paro cardiaco sobrevivieron sin presentar ninguna discapacidad cerebral grave seis meses más tarde. Por el contrario, solo el 11 por ciento de aquellos a los que se enfrió su temperatura corporal a 93.2 grados Fahrenheit (34 grados Celsius) lograron el mismo resultado.
Los hallazgos fueron presentados el martes en la reunión anual de la AHA en Los Ángeles, y también publicados el 6 de noviembre en la revista Circulation.
En una conferencia de prensa de la AHA sobre la investigación, el Dr. Elliot Antman, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y cardiólogo en el Hospital Brigham and Women's de Boston, afirmó que cuando él y otros expertos vieron los resultados del estudio en la reunión "nos alegramos porque hay muy pocos ensayos aleatorios en el campo de la ciencia de la reanimación".
Un ensayo aleatorio, en el que se asigna aleatoriamente a los pacientes diferentes tratamientos para compararlos, se considera un método científico fiable.
"Llevo 32 años ocupándome de pacientes en la unidad de atención coronaria", comentó Antman, "y no es fácil tratar a este tipo de pacientes. Los que sufren un paro cardiaco fuera del hospital a menudo sufren daños neurológicos horribles, a pesar de que la reanimación haya sido un éxito".
El estudio es "muy esperanzador" y puede "ayudar a refinar esta terapia importante para los pacientes que sufren estos graves eventos", explicó Antman. "Sabemos que el enfriamiento protege el cerebro, pero en este momento en que realmente queremos hacer todo lo posible por los pacientes, buscamos maneras de optimizar la terapia", añadió.
Pero López-de-Sá y colegas señalaron que se necesitan estudios de mayor tamaño para confirmar si el enfriamiento es el responsable de las mejoras en los resultados de los pacientes con paro cardiaco.
"Aunque los resultados sugieren que con unos niveles de temperatura más bajos se obtienen mejores resultados, deberíamos ser cautos al interpretarlos", afirmó López-de-Sá, porque la asociación no demuestra que haya una relación de causa y efecto. Los resultados "pueden deberse a múltiples factores aparte del efecto de una temperatura más baja", comentó en un comunicado de prensa de la AHA.
Unas 383,000 personas sufren paros cardiacos fuera del hospital en los Estados Unidos cada año, según la AHA. Se trata de una afección fatal a menos que se realice una reanimación cardiopulmonar (RCP) y se atienda al paciente médicamente de emergencia de forma inmediata para restablecer un ritmo cardiaco normal.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Elliot Antman, M.D., professor, medicine, Harvard Medical School and cardiologist, Brigham and Women's Hospital, Boston; American Heart Association, news release, Nov. 6, 2012
HealthDay
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