UN ESTUDIO COMPARA LA ANSIEDAD Y LA DEPRESIÓN
Un tratamiento que vaya más allá de lo cutáneo
Las cifras de alteraciones psicológicas en pacientes con enfermedades de la piel dan una pauta de lo que sucede con ellos y exige a los dermatólogos un tratamiento que vaya más allá de lo cutáneo.
Carmen Cáceres. Sevilla | 24/09/2012 00:00
Galo Montenegro, dermatólogo de Ecuador, ha presentado durante el XIX Congreso Iberolatinoamericano de Dermatología, celebrado en Sevilla, un estudio comparativo en el que se analizan los índices de calidad de vida, ansiedad y depresión en personas sanas y afectadas por enfermedades de la piel.
"En la primera fase incluimos 143 enfermos y en la segunda a 74 sanos. Recurrimos a la escala HADS (según sus siglas inglesas) para medir el índice de ansiedad y depresión, con catorce preguntas valoradas. También "les pasamos un cuestionario sobre calidad de vida (DLQI, en siglas inglesas)", que constaba de diez preguntas que resumen cómo se ha visto alterada la vida del paciente como resultado de su problema en la piel. En palabras de Montenegro, "aparte del HADS, algo que a nosotros nos interesó mucho y que considero fundamental es la escala para evaluar el funcionamiento familiar (Apgar familiar)".
En definitiva, la calidad de vida ha sido el valor más significativo del estudio "y debemos evaluarla para solucionar de forma integral los problemas del paciente". Por otra parte, estos números dan una pauta de lo que sucede con estos pacientes y exige a los dermatólogos un tratamiento que vaya más allá de lo cutáneo. Montenegro concluye que es necesario cuantificar las alteraciones psicológicas de los enfermos de la piel, así como aplicar herramientas idóneas y equiparables.
"En la primera fase incluimos 143 enfermos y en la segunda a 74 sanos. Recurrimos a la escala HADS (según sus siglas inglesas) para medir el índice de ansiedad y depresión, con catorce preguntas valoradas. También "les pasamos un cuestionario sobre calidad de vida (DLQI, en siglas inglesas)", que constaba de diez preguntas que resumen cómo se ha visto alterada la vida del paciente como resultado de su problema en la piel. En palabras de Montenegro, "aparte del HADS, algo que a nosotros nos interesó mucho y que considero fundamental es la escala para evaluar el funcionamiento familiar (Apgar familiar)".
- Los pacientes dermatológicos presentaban un 47% de ansiedad frente al 31% en sanos, y un 14% de depresión frente a un 8%
En definitiva, la calidad de vida ha sido el valor más significativo del estudio "y debemos evaluarla para solucionar de forma integral los problemas del paciente". Por otra parte, estos números dan una pauta de lo que sucede con estos pacientes y exige a los dermatólogos un tratamiento que vaya más allá de lo cutáneo. Montenegro concluye que es necesario cuantificar las alteraciones psicológicas de los enfermos de la piel, así como aplicar herramientas idóneas y equiparables.
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