lunes, 10 de septiembre de 2012

Prevenir el deseo de muerte - DiarioMedico.com

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día mundial para la prevención del suicidio

Prevenir el deseo de muerte

Un trastorno psiquiátrico grave, una depresión originada por un problema vital o el consumo de tóxicos, pueden estar detrás del deseo de quitarse la vida y acabar con todo. El suicidio es prevenible e identificable. Por ello, reconocer los signos de alarma, no subestimar los deseos de muerte ni calificarlos como una forma de llamar la atención, son algunas de las recomendaciones para especialistas y profanos con el objetivo de reducir las altas tasas de suicidio en el mundo. Hoy se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Isabel Gallardo Ponce   |  10/09/2012 00:00


No hay que subestimar las manifestaciones de desesperanza y de deseo de muerte, sino acudir a los recursos sanitarios.
No hay que subestimar las manifestaciones de desesperanza y de deseo de muerte, sino acudir a los recursos sanitarios. (Photos.com)

El suicidio es un problema de salud pública de primer orden. No en vano más de un millón de personas lo comete al año en el mundo y supone la tercera causa de muerte en la población entre 15 y 44 años. Aunque las cifras en España son más bajas que en el norte de Europa, no son desdeñables y su frecuencia es de 3.500 al año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, según Jerónimo Sáiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, las cifras registradas se estiman a la baja, ya que algunas conductas autolíticas pasan desapercibidas.
  • Los hombres entre 15 y 40 años y mayores de 60 años, con una patología mental y consumo de tóxicos, tienen mayor riesgo de suicidio
Lo esencial sobre el suicidio es que sus causas son prevenibles y tratables. Por ello deben realizarse campañas de sensibilización y educación que permitan a la sociedad y a los profesionales detectar los signos de alarma para evitarlo, o para que no se repitan los intentos previos. La OMS, en colaboración con la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, celebran hoy el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Al informar sobre estas conductas los expertos sugieren que se evite estimular el efecto de contagio y de identificación con el suicida, y se presenten como algo prevenible e identificable.

Lucas Giner, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, señala que "más del 90 por ciento de los suicidas padecen alguna patología psiquiátrica. Entre las más comunes están los cuadros depresivos, el consumo de tóxicos -especialmente de alcohol- y los trastornos de personalidad", con un riesgo relativo muy alto en los primeros episodios de la esquizofrenia.

Entre el 50-60 por ciento de los suicidas avisan de que quieren acabar con su vida. "Este es un signo de alarma básico especialmente si ha habido algún intento anterior, sumado a un cuadro depresivo o a la aparición de acontecimientos adversos, como un divorcio o un problema financiero. La leyenda popular de que aquel que dice que se quiere matar no lo hace es falsa", dice Giner. Intentar quitarse la vida puede ser una petición de auxilio, cuya intención quizá no esté totalmente clara, "pero eso no significa que haya que subestimarlo".
  • En adolescentes, por cada suicidio consumado se contabiliza que 400 chicos y 4.000 chicas han realizado un intento
Perfil
Pero también hay que tener en cuenta otros factores: ser varón, entre 15 y 40 años y mayor de 60, padecer depresión, consumir alcohol, tener medios violentos -poseer armas de fuego, manejar cuchillos o vivir cerca de un puente-, no tener pareja y sufrir enfermedad física o psíquica, son los principales factores de riesgo. Según Sáiz, "en población geriátrica puede relacionarse con la aparición de depresión en la tercera edad, derivada de la soledad, del deterioro económico y físico. Pero muchas veces se asocian con enfermedades graves y de mal pronóstico", ante las que el paciente no ve una salida, al igual que puede ocurrir con problemas de otra índole. Giner apunta que "aunque los problemas de la vida no tienen tratamiento, el cuadro que producen o su agravamiento sí es tratable".

Alrededor del 75 por ciento de los suicidios consumados los cometen varones, excepto en China y la India, mientras que los intentos los protagonizan dos mujeres por cada hombre. Los métodos difieren según el país: en Estados Unidos es frecuente el uso de armas de fuego, en Francia la intoxicación y en España los hombres eligen el ahorcamiento, seguido de la defenestración, y las mujeres invierten la preferencia.

Ante la sospecha de un comportamiento autolítico los familiares han de convencer al paciente de acudir a los servicios sanitarios, bien a urgencias o a primaria, donde "los facultativos deben estar bien entrenados para reconocer los síntomas incipientes. Se debería explorar sistemáticamente el riesgo de suicidio", dice Sáiz. En esa línea, en 2013 el DSM-V introducirá la evaluación del riesgo para tomar medidas precoces que amortigüen o impidan la aparición de la conducta. En España para garantizar la buena prevención y manejo, varios expertos, entre ellos Sáiz y Giner, participaron en Recomendaciones para la prevención y el manejo del comportamiento suicida, que se publica en Revista de Psiquiatría y Salud Mental.
 
Adolescencia
El suicidio en adolescentes es un tema tabú que no lo hace desaparecer. Lo cierto es que se trata de la segunda causa de muerte entre los 15 y los 24 años, según Josep Cornellá i Canals, presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría. "Por cada suicidio consumado hay 400 chicos y 4.000 chicas que lo han intentado. Las confesiones del intento suelen recibirse en la consulta y cualquier amenaza debe ser tenida en cuenta".

Diferenciar la llamada de atención de la intención de poner fin a la vida requiere que el facultativo capte las señales de alarma: "un adolescente deprimido al que de pronto no le importa nada, que regala sus pertenencias a sus amigos, que se recluye... El 83 por ciento de los suicidas ha contactado con su médico en el año del suceso y el 66 por ciento en el mismo mes", el 90 por ciento no ha recibido terapia, y en muchos se encuentran niveles bajos de serotonina. Por ello, Cornellá se muestra partidario de prescribir fármacos siempre que sea necesario. De hecho, según Giner, cuando aumentan las prescripciones de antidepresivos se reduce la tasa de suicidio consumado.

Ambos han insistido en la necesidad de contar con gatekeepers con formación específica que identifiquen a los jóvenes en riesgo y ayuden en la prevención.

EN PACIENTES INSTITUCIONALIZADOS

El abordaje del riesgo de suicidio en mayores y pacientes con trastorno mental grave es esencial en el centro de San Juan de Dios en Ciempozuelos, Madrid, según ha explicado Lorenzo Chamorro, director médico del centro. "A salud mental llegan pacientes con patologías de larga evolución. En el centro contamos con un protocolo específico", que incluye un plan de seguridad para detectar los riesgos arquitectónicos de espacios comunes y de las unidades de ingreso para evitar la comisión del suicidio. "Cuando variables como la edad, ser varón, tener patología mental, falta de conexión con redes sociales, enfermedad física añadida, intentos de suicidio previos, manifestaciones de desesperanza y cambios en el estado anímico, coinciden en un paciente se eleva el riesgo de suicidio y se debe realizar una terapia preventiva muy clara. La conducta suicida es predecible cuando se conocen esos síntomas premonitorios". Según Chamorro, las manifestaciones y deseos de muerte en estos pacientes, aunque repetidos y con aspecto de llamada de atención, son cambios en el estado mental que anticipan el acto autolesivo. En el centro se realiza una terapia intensiva con rehabilitación para potenciar las capacidades que el paciente mantiene, apoyado en un tratamiento psicofarmacológico y psicoterapia específica.

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