miércoles, 12 de septiembre de 2012

Luz detrás del inicio del trastorno bipolar - DiarioMedico.com

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trabajo publicado en 'bipolar disorders'

Luz detrás del inicio del trastorno bipolar

La colaboración de la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares con la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA) ha dado fruto en un trabajo publicado en Bipolar Disorders que demuestra la importancia que tiene el diferencial de luminosidad en la aparición del trastorno bipolar. El Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) ha tenido un papel relevante en el proyecto, que ha contado, entre otros, con datos solares inferidos de un modelo de transferencia de radiación.
Javier Granda Revilla. Barcelona   |  12/09/2012 00:00

 
 
Desde hace décadas se vienen observado los picos que se producen en diversas enfermedades, tanto en su incidencia como en las recaídas y la edad de inicio. Una de estas patologías es el trastorno bipolar y una de las hipótesis que se han barajado, en cuanto a la estacionalidad, es que pudiera haber algún factor relacionado con la latitud o con el lugar de nacimiento.

Un trabajo en el que han participado dos grupos españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y que ha sido publicado en Bipolar Disorders ha estudiado la influencia de la latitud, la geografía y la meteorología, así como la edad de inicio de esta enfermedad mental.
  • La retina capta la luminosidad y se transmite a través de varios neurotransmisores que incluyen la melatonina y la serotonina
"Para lograrlo, contactamos con la Agencia estadounidense del Espacio y la Aeronáutica (NASA), que es la propietaria de una serie de datos que obtiene a través de sus satélites relacionados con aspectos físicos como la exposición lumínica de una cierta zona de la Tierra. El aspecto sorprendente del estudio es que el factor que se relacionó realmente con la edad de inicio de la enfermedad fue el diferencial de luminosidad a lo largo del año", ha explicado a este diario Eduard Vieta, del Hospital Clínico-Idibaps y la Universidad de Barcelona.

Como ha precisado el investigador, "no es una cuestión de latitud y, en parte, es una cuestión de cierta lógica, porque la prevalencia de la enfermedad no es excesivamente distinta en función de la zona geográfica o según si el paciente está en el hemisferio norte o en el hemisferio sur".

El cambio de luminosidad, además, es la variable que provoca cambios en el ámbito estacional en las plantas y en los animales. "Todo el mundo sabe cuándo florecen los almendros debido al buen tiempo y cuándo se adelantan a la estacionalidad cronológica", ha apuntado.
  • Podrían desarrollarse fármacos o intervenciones que fueran predictivas en personas de riesgo como hijos de afectados
Relación con la NASA

Uno de los aspectos más relevantes del trabajo es la colaboración de la NASA. Como ha recordado Vieta, el contacto se realizó a través de la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares. "No fue tan complicado como pueda parecer: la NASA está formada por científicos y tienen la costumbre de colaborar en diferentes trabajos, incluso de manera desinteresada. Aunque sí solicitan el protocolo del proyecto y quieren conocer su finalidad, cuando ven que es sin ánimo de lucro y cuenta con el apoyo de una sociedad científica, proporcionan los datos", ha añadido.

La aportación española al proyecto, en el que también ha participado Ana González Pinto, del Hospital Universitario Santiago, de Vitoria, ha sido de 451 pacientes -200 de Barcelona y 251 de la capital alavesa-, del total de 2.414 que han formado parte de la muestra.


Aplicación clínica
Para Vieta, los resultados más destacados se centran en la edad de inicio, con un impacto clínico en el área de salud pública y prevención, "ya que habría que avisar a personas que todavía no saben que van a enfermar, lo que es muy difícil. Si analizáramos la predicción de recaídas en función de si, por ejemplo, la primavera se adelanta más o menos, sí tendría una aplicación clínica en los pacientes ya diagnosticados".

Sin embargo, ahora mismo la relevancia del trabajo es que permite conocer la fisiopatología de la enfermedad y cómo desencadena la aparición de síntomas junto a los factores genéticos de base. Como ha recalcado el experto, "son personas con una genética vulnerable expuesta a estos cambios".

En su opinión, los resultados del trabajo ayudan a entender mejor la enfermedad, aunque las aplicaciones clínicas no serán inmediatas, "sino más bien a largo plazo, cuando vayamos conociendo mejor más aspectos y puedan desarrollarse tratamientos preventivos que permitan actuar sobre dianas terapéuticas como estas. Por ejemplo, sabemos que la retina capta la luminosidad y se transmite a través de varios neurotransmisores que incluyen la melatonina y la serotonina; y por esta vía, en algún momento podrían desarrollarse fármacos o intervenciones que fueran predictivas en personas de riesgo como los hijos de pacientes con trastorno bipolar".

Como ha explicado, por su parte, a Diario Médico el investigador de la NASA James M. Hoell, los datos en el artículo se obtuvieron de la base de datos de Meteorología de Superficie y Energía Solar (SSE, en sus siglas en inglés), que es parte del proyecto Power de la Agencia, centrado en la predicción de las fuentes energéticas.

"Uno de los principales objetivos de Power es facilitar un mayor uso de los resultados de investigación científica sobre la Tierra de la NASA, que se proporcionan en un portal de datos elaborado para aplicaciones industriales específicas como energías renovables, agricultura y arquitectura, específicamente edificios sostenibles".

Y ha añadido que "los datos solares de la SSE usados en el artículo fueron inferidos de un modelo de transferencia de radiación. Entre los elementos que se han incorporado al modelo incluyen las observaciones de varios satélites de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), incluyendo parámetros de nubes de cinco satélites geoestacionarios y otros dos orbitando los polos. Además, se han incluido las cantidades de las columnas de ozono del espectrómetro mapeador de ozono total (TOMS) y el análisis combinado de ozono del grupo de monitorización estratosférico (Smoba).


Más trabajos
Por último, se sumaron datos del modelo de transferencia de radiación, incluyendo perfiles de temperatura y humedad de los modelos de reanálisis obtenidos de la agencia de la NASA de asimilación de modelos globales (Gmao). A juicio de Vieta, la colaboración ha sido tan satisfactoria que, "dentro de la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares, haremos más trabajos en común buscando cómo predecir recaídas". En el Cibersam, la investigación se centra en nuevos tratamientos tanto farmacológicos como intervenciones de recuperación psicológica, que será publicada próximamente.

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