debe ser personalizada
La terapia electroconvulsiva mejora el abordaje de la depresión y la esquizofrenia
Muchos años después de su introducción en la práctica clínica diaria, la terapia electroconvulsiva (TEC) ha evolucionado notablemente.
Iñaki Revuelta. Bilbao | 28/09/2012 00:00
Hoy, el tratamiento se realiza bajo anestesia, con miorrelajación, ventilación artificial y mediante el uso de la estimulación eléctrica con aparatos computarizados modulares que monitorizan electroencefalográficamente la ligera convulsión inducida por una onda de pulsos breves.
Éste ha sido el punto de partida del simposio Innovación en terapia electroconvulsiva. Hacia una técnica más personalizada, que ha protagonizado José Pifarré Paredero, de la Universidad de Lérida, en el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría, que finaliza hoy en Bilbao. En la mesa han acompañado a Pifarré, Erika Martínez Amorós, del Hospital Parc Taulí, de Sabadell (Barcelona), y Aurora Torrent Setó, del Hospital de Santa María en Lérida.
En su discurso, el experto ha afirmado que en el campo de la TEC existe una innovación constante que "merece la pena repasar para introducir mejoras continuadas en su práctica" que, según ha precisado, "se encamina hacia una técnica más personalizada. Se tiene en cuenta su edad, género, medicamento administrado y la rapidez de acción que deseemos, entre otros factores".
Esta personalización de la terapia hace que "se precise de una mínima intensidad eléctrica con una disminución de los efectos secundarios cognitivos, lo que conduce a una reducción drástica de las complicaciones asociadas al tratamiento".
En esta línea, Pifarré ha subrayado que "con la mínima aplicación de la energía se obtiene el máximo resultado posible. Esta manera de minimizar los efectos secundarios, y de hacer la técnica más eficaz, es posible gracias a las máquinas actuales que permiten modificar los parámetros eléctricos".
Mayor entrenamiento
Sin embargo, la constate mejora de la técnica exige a los profesionales que renueven sus conocimientos. Las nuevas técnicas de la TEC requieren un mayor entrenamiento de los especialistas porque les exige conocer la máquina y técnica en profundidad para que los pacientes se puedan beneficiar en un periodo corto de tiempo.
Pese a su mala prensa, hoy en día se considera que no existen contraindicaciones serias para la TEC, aunque sí situaciones de cierto riesgo, de manera que la indicación para el tratamiento debe basarse en una cuidadosa valoración del grado de riesgo o del riesgo sustancial que implique la intervención y el cociente riesgo/beneficio en función de la enfermedad.
Éste ha sido el punto de partida del simposio Innovación en terapia electroconvulsiva. Hacia una técnica más personalizada, que ha protagonizado José Pifarré Paredero, de la Universidad de Lérida, en el XVI Congreso Nacional de Psiquiatría, que finaliza hoy en Bilbao. En la mesa han acompañado a Pifarré, Erika Martínez Amorós, del Hospital Parc Taulí, de Sabadell (Barcelona), y Aurora Torrent Setó, del Hospital de Santa María en Lérida.
En su discurso, el experto ha afirmado que en el campo de la TEC existe una innovación constante que "merece la pena repasar para introducir mejoras continuadas en su práctica" que, según ha precisado, "se encamina hacia una técnica más personalizada. Se tiene en cuenta su edad, género, medicamento administrado y la rapidez de acción que deseemos, entre otros factores".
Esta personalización de la terapia hace que "se precise de una mínima intensidad eléctrica con una disminución de los efectos secundarios cognitivos, lo que conduce a una reducción drástica de las complicaciones asociadas al tratamiento".
En esta línea, Pifarré ha subrayado que "con la mínima aplicación de la energía se obtiene el máximo resultado posible. Esta manera de minimizar los efectos secundarios, y de hacer la técnica más eficaz, es posible gracias a las máquinas actuales que permiten modificar los parámetros eléctricos".
Mayor entrenamiento
Sin embargo, la constate mejora de la técnica exige a los profesionales que renueven sus conocimientos. Las nuevas técnicas de la TEC requieren un mayor entrenamiento de los especialistas porque les exige conocer la máquina y técnica en profundidad para que los pacientes se puedan beneficiar en un periodo corto de tiempo.
Pese a su mala prensa, hoy en día se considera que no existen contraindicaciones serias para la TEC, aunque sí situaciones de cierto riesgo, de manera que la indicación para el tratamiento debe basarse en una cuidadosa valoración del grado de riesgo o del riesgo sustancial que implique la intervención y el cociente riesgo/beneficio en función de la enfermedad.
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