jueves, 17 de mayo de 2012

Llegar a la metástasis por quimioembolización - DiarioMedico.com

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no acarrea complicaciones importantes

Llegar a la metástasis por quimioembolización

Las metástasis hepáticas del cáncer colorrectal suelen pedir varias líneas de quimioterapia. De ahí la necesidad de aplicar el tratamiento de forma localizada en el hígado, permitiendo la concentración de una mayor cantidad del agente quimioterápico con menos toxicidad para el paciente. En el Hospital Universitario Infanta Sofía, de Madrid, realizan quimioembolización con esferas M-1 para estos enfermos. Recientemente, y bajo la mirada de Diario Médico, han hecho el tratamiento número doce .
Ana Callejo Mora   |  17/05/2012 00:00

 
José Carmelo Albillos, Gianmaria Fiorentini, Enrique Casado, Jesús Torres y David Fernández Luengas.
José Carmelo Albillos, Gianmaria Fiorentini, Enrique Casado, Jesús Torres y David Fernández Luengas. (Mauricio Skrycky)
 
 
"En cáncer colorrectal más o menos la mitad de los pacientes acaban desarrollando metástasis, y un tercio de ellas se producen en el hígado", comenta Enrique Casado, jefe de la Sección de Oncología del Hospital Universitario Infanta Sofía, de Madrid. "En algunos casos, la quimioterapia -administrada de forma convencional- no es suficiente y es necesario realizar al paciente una quimioembolización, con catéteres muy finos y microesferas especialmente desarrolladas para liberar el fármaco, irinotecán, en la metástasis hepática", explica Gianmaria Fiorentini, del Departamento de Oncohematología del Complejo Hospitalario Marche Nord, en Pesaro (Italia).

La sala de Radiología Vascular e Intervencionista del Infanta Sofía es uno de los lugares que alberga este tipo de tratamiento locorregional de las metástasis hepáticas de origen colorrectal, que concentra una mayor cantidad del fármaco en el hígado, evitando los efectos sencundarios de la quimioterapia sistémica. El procedimiento no ha acarreado ninguna complicación importante. "De los once tratamientos de quimioembolización a cinco pacientes que se han realizado hasta ahora -menciona Bravo de Laguna momentos antes de realizar el número doce-, en diez de ellos el enfermo se ha ido a casa. El otro tuvo un manejo más complicado del dolor y permaneció tres días ingresado (cifra media en otras series)".
  • A través de un cateterismo por la femoral se llega a la arteria que nutre la metástasis. Allí se funde el agente de QT en unas microesferas
Aunque todavía sólo tienen seguimiento radiológico  tres pacientes, "desde el punto de vista de la imagen los tres han respondido bien. Nos queda ver cómo evolucionan en el tiempo".
La técnica es relativamente sencilla de aprender, "sobre todo para los radiólogos vasculares que estamos acostumbrados a cateterismos de troncos viscerales y a la infusión de fármacos en vasos arteriales muy pequeños como en hepatocarcinoma", afirma Bravo de Laguna. Y Eduardo Crespo, coordinador de Radiología Vascular e Intervencionista del  Hospital Infanta Leonor, de Madrid, apoya esta declaración, añadiendo que "lo más complicado es localizar la lesión, pero al ser radiólogos nos ayudamos de la ecografía y otras técnicas de imagen".

Historia de una operación
El paciente era un varón de 69 años que debutó con enfermedad colorrectal metastásica hepática bilobar, es decir, en dos lóbulos del hígado, y que no había respondido a la quimioterapia sistémica -dos líneas de quimio-. Según Bravo de Laguna, se ha visto que una tercera línea de esta terapia realmente no mejora mucho la supervivencia en estos casos; por eso se decidió hacer un tratamiento de las metástasis hepáticas con esferas M-1, cuya eficacia se ha comprobado en otros pacientes.

"Colocamos al paciente en decúbito supino. A través de cateterismo por la arteria femoral se llega directamente a la arteria que nutre la metástasis. Allí se funde el agente quimioterápico que va cargado en las microesferas", señala el radiólogo vascular del Infanta Sofía. La intervención dura entre 30 y 60 minutos.
  • Al mes del último tratamiento se somete al paciente a un control por imagen y según los resultados valoran el caso en el comité de tumores digestivos
Ésta es el tercera sesión de los cuatro tratamientos de quimioembolización que el paciente tiene programado. "La secuencia que se sigue en pacientes con afectación difusa es la siguiente: se trata uno de los lóbulos del hígado, al cabo de dos semanas se le trata el otro y a los quince días se vuelve a tratar el lóbulo incial con la misma técnica. De esta forma, pasa un mes entre el tratamiento de cada lóbulo hepático. Como es una terapia agresiva, hay que esperar a que se recupere la función hepática entre una intervención y otra".

Al mes del último tratamiento se somete al paciente a un control por imagen y, "basándonos en esos resultados, valoramos el caso en el comité de tumores digestivos y se decide qué hacer: cirugía, continuar con este tipo de tratamiento o pasar a otra línea terapéutica".

¿Cómo se mide la respuesta a este tratamiento? Mediante resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), pero "siempre con la misma prueba que se ha utilizado para diagnosticar al paciente", aclara Bravo de Laguna.

Por último, el abordaje multidisciplinar es uno de los puntos de apoyo que sostienen la puesta en práctica de técnicas como ésta. Por eso, además de los radiólogos vasculares y oncólogos, los cirujanos, como David Fernández, coordinador de Cirugía Hepatobiliar del Infanta Sofía, desempeñan un papel fundamental.

QUÉ OFRECE LA UCR


"Gracias a la UCR (Unidad Central de Radiodiagnóstico) podemos unir fuerzas, como en este caso con el radiólogo vascular del Hospital Universitario Infanta Sofía y el del Hospital Universitario Infanta Leonor, lo que nos permite hacer procedimientos más complejos de los que podría llevar a cabo un solo especialista", ha explicado José Albillos, jefe de Servicio de la UCR del Infanta Sofía, a DM.

"Contamos con dos salas de Radiología Vascular e Intervencionista: una está ubicada aquí y la otra en Vallecas, en el Infanta Leonor".

La UCR -conocida como anillo radiológico-  presta el servicio de pruebas diagnósticas por imagen que requieran los hospitales del Henares, Sureste, Tajo, Infanta Sofía, Infanta Cristina e Infanta Leonor, para lo que cuenta con 122 equipos de radiología y 48 estaciones de trabajo interconectadas.

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