miércoles, 2 de mayo de 2012

La zona del silencio inflamatorio - DiarioMedico.com

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equilibrio hormonal en la dieta

La zona del silencio inflamatorio

La Dieta de la Zona busca el equilibrio hormonal a través de la alimentación, utilizando ésta como el fármaco más poderoso y más natural para controlar la expresión genética al situar la inflamación en una zona terapéutica. Su creador, Barry Sears, ha explicado sus bases a DM.
Isabel Gallardo Ponce   |  02/05/2012 00:00


Barry Sears
Barry Sears, creador de la Dieta de la Zona, en su visita a Madrid. (José Luis Pindado)

Barry Sears, creador de la Dieta de la Zona, ha explicado a DM las bases de su fórmula, en la que los alimentos son la vía para alcanzar un equilibrio hormonal perfecto que mejore el estado de salud, reduzca la inflamación y el riesgo de enfermedades crónicas mediante la inhibición de los genes responsables. "Estamos comprendiendo cómo la dieta puede influir en la inflamación. Eso es importante porque ésta nos hace ganar peso, enfermar y morir a una edad prematura", ha dicho Sears, que ha viajado a Madrid para presentar su libro Tu peso ideal para siempre con la Dieta de la Zona 40-30-30.


¿Aquí entra la nutrición antiinflamatoria?
-La alimentación ha obtenido un nuevo significado en el futuro de la Medicina. La Dieta de la Zona se diseñó para tener estas evidencias en cuenta. Aunque la población suele identificar las dietas como un programa de pérdida de peso ésta es una forma de vida para controlar la inflamación y el futuro.



¿Controlar el futuro?
-La inflamación es la causa silenciosa de las enfermedades crónicas y hemos definido una dieta, el acercamiento más efectivo, y quizá la única forma de reducirla.


¿Suena como si la dieta fuera un elixir?
-Lo es. De hecho, Hipócrates dijo: Deja que el alimento sea tu Medicina y tu Medicina tu alimento. Es una afirmación muy importante. Déjeme que la lleve un poco más allá: la dieta puede activar los genes inflamatorios e inhibirlos. Los fármacos no pueden hacer eso. Por eso hay que usar la dieta como un medicamento en el momento y la dosis correcta.
  • Hay que usar la dieta como si fuera un fármaco en el momento y en la dosis correcta
Es nutrigenómica...
-Exacto. Podríamos decir que esta dieta es un tipo de terapia génica.


¿Cómo llegó a estas conclusiones?
-El punto de partida de la Dieta de la Zona fue el Premio Nobel de Medicina de 1982, por comprender cómo los eicosanoides controlaban los procesos inflamatorios. Observé que podían ser modulados por la dieta, lo que me llevó a pensar que la comida podría ser un fármaco. Así fuimos viendo cómo la alimentación afectaba a la expresión genética.



¿Podría actuar como una terapia perjudicial?
-Sí, puede actuar en dos direcciones. La alimentación puede ser tu mejor aliado hormonal pero también tu peor enemigo. Los cambios en los modelos nutricionales están produciendo tremendos desajustes. Por eso la obesidad comenzó en Estados Unidos, porque la principal fuente de ácidos grasos en la dieta pasaron a ser los omega-6 (elevan la probabilidad de producir más ácido araquidónico), que habían sido una parte minoritaria.


¿Por ello suplementan con aceite de pescado?
-Exactamente, porque es rico en ácidos grasos omega- 3, mientras que los omega-6 son inflamatorios, los 3 son antiinflamatorios. La Dieta de la Zona tiene dos componentes: equilibrar el plato para obtener una respuesta hormonal adecuada, y añadir omega-3 para reducir  más los niveles de inflamación, que deben mantenerse en una zona. Al igual que en  los fármacos hay una zona terapéutica, si tomas poco no funciona, y si tomas demasiado es tóxica. Lo mismo ocurre con la comida.
  • La alimentación puede ser tu mejor aliado hormonal pero también tu peor enemigo
¿Cómo son las raciones?
-Lo primero es intentar comer una cantidad mayor de frutas y verduras. Hay una máxima: cuanto más blanco -pasta, pan, arroz, patatas...- pongas en tu plato se crea más inflamación, ya que activan los genes inflamatorios, mientras que los carbohidratos de color, frutas y vegetales, los inhiben. El secreto de la Dieta de la Zona es la saciedad y no se consigue con voluntad sino con el control hormonal. Así no se ingieren tantas calorías, se pierde peso y se reduce la inflamación.

¿Se eliminan los alimentos blancos?
-Se sustituyen por frutas y vegetales. Se equilibra el plato para obtener una buena respuesta hormonal. No es que yo lo diga, sino que ha sido validado por multitud de estudios clínicos.

¿Qué más debe hacerse?
-En cada comida se debe dividir el plato en tres zonas. En un tercio se pondrá una cantidad de proteínas de baja densidad que quepa en la palma de la mano. Los otros dos se llenan con frutas y vegetales y con un toque de grasa saludable, como el aceite de oliva. 

¿Qué opina de las dietas proteinadas tan en boga?
-Son famosas en España. Antes lo fueron en Estados Unidos porque la gente estaba desesperada por perder peso. Si funcionaran, los estadounidenses serían la población más delgada del mundo. Fallan porque su desequilibrio produce más cortisol, elevando la resistencia a la insulina y el paciente termina por tener un peor estado de salud. 

¿Sirve para todos, incluidos los atletas?
-Por supuesto. Nuestros estudios iniciales los realizamos en atletas olímpicos. Los que siguieron la dieta obtuvieron 1,25 más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos, ya que al reducir la inflamación el rendimiento es mayor.

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