miércoles, 9 de mayo de 2012

La calidad y la cantidad de la hidratación, clave en gestación - DiarioMedico.com

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monografía de la senc

La calidad y la cantidad de la hidratación, clave en gestación

El embarazo, la lactancia y los primeros años de la infancia requieren una hidratación muy cuidada en la que la ingesta de líquidos debe atender a la calidad de su composición mineral y no sólo a la cantidad. La SENC ha editado una guía para sanitarios para aclarar conceptos.
Isabel Gallardo Ponce   |  08/05/2012 17:40

 
"Durante la gestación importa no sólo la cantidad de líquido que se ingiere -entre 2,5 y 3 litros dependiendo del trimestre- sino también la calidad. Como en todas las etapas de la vida, la hidratación es tan importante como la nutrición. Así la ingesta de agua debe ser de 1 mililitro por cada kilocaloria consumida", ha explicado a DM Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), a propósito de la publicación de la primera monografía Agua, hidratación y salud en el embarazo y lactancia, en la que han participado Aranceta, Ayala López de Aberasturi Ibáñez de Garayo, matrona supervisora del Área de Partos del Hospital Universitario de Cruces-Baracaldo, en Vizcaya; Carmen Pérez Rodrigo, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública; y Leire Rodríguez Gómez, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces-Baracaldo. La monografía, dirigida a profesionales de la salud, forma parte de una campaña más amplia de SENC, con la colaboración de Solán de Cabras, para divulgar la correcta hidratación que debe realizar la mujer durante el embarazo, la lactancia y el niño en la primera infancia. También se realizarán otros materiales dirigidos a sanitarios y a la población general.

"El embarazo es un momento importante y vulnerable, en el que se producen cambios fisiológicos donde el agua es esencial al aumentar el volumen plasmático y ayudar a mantener el líquido amniótico y un correcto desarrollo fetal". Una buena hidratación en la gestación interviene en la prevención de infecciones urinarias y de la formación de cálculos renales, además de evitar la deshidratación producida por los vómitos, mejorar la acidez que los acompaña y el estreñimiento.
  • En general, salvo en días muy calurosos o por problemas gástricos, la leche materna es suficiente para mantener al niño hidratado y nutrido
Mineralización

Aunque la ingesta de agua del grifo en España es segura y de buena calidad, en los periodos de embarazo, lactancia y primera infancia se recomienda aquélla cuya composición sea de mineralización débil, con bajo contenido en sodio y con una presencia garantizada de calcio, magnesio y flúor. Según Aranceta, "el agua del grifo tiene en algunas zonas el inconveniente de que para asegurar su idoneidad microbiológica hay que añadir otros compuestos -ozono, cloro...-, por lo que tiene una calidad inferior al agua mineral, cuya composición constante no suele variar". En esta línea, Aranceta ha destacado la importancia de la cantidad y la caracterización del agua empleada en la preparación de biberones en el aporte, seguridad alimentaria y equilibrio hidroelectrolítico del lactante, por lo que aconseja el uso de agua mineral.

La guía propone una pirámide de la hidratación saludable con un consumo esporádico en la cúspide y un consumo habitual de agua, zumos naturales, caldos e infusiones, que configuren la mayoría del aporte líquido recomendado (1 ml. por cada kcal). Otros aspectos a tener en cuenta son la presencia de alteraciones en la presión arterial y la aparición de diabetes gestacional, situaciones en las que debe controlarse la ingesta de bebidas con contenidos altos en sodio y azúcar, como zumos y néctares.
Durante el embarazo se pierde la sensación de sed y se debe pautar una ingesta mayor de líquidos, atendiendo al color de la orina para conocer el equilibrio hídrico. "Sin embargo, en la lactancia se recomienda que la ingesta aumente a tres litros de agua diarios, algo más fácil puesto que recupera la sensación de sed", ya que su ingesta preserva la cantidad y la calidad de la leche. En cuanto al niño, la glándula mamaria produce el cien por cien de sus necesidades, no sólo en nutrientes, vitaminas y complejos inmunológicos, sino también en agua. "En general, salvo en días muy calurosos en los que tenga vómitos o heces blandas, la leche materna es suficiente para que el niño esté nutrido e hidratado".
La guía dedica un capítulo al parto, en el que se aconseja un aporte de comida y bebida que garantice la hidratación y cubra el gasto energético. Las bebidas isotónicas, por su composición baja en sodio, glucosa, potasio y otros minerales, ayuda a hidratar y es una fuente energética con un aporte de 30 kcal/dl, además de reducir la acidez gástrica y favorecer el vaciado gástrico.

PIRÁMIDE DE LA HIDRATACIÓN SALUDABLE EN EL EMBARZAO Y LA LACTANCIA


  1. Aguas minerales, aguas de manantial o de grifo de bajo contenido salino.
  2. Aguas minerales o del grifo con mayor contenido salino. Bebidas refrescantes sin azúcar/acalóricas. Té, café o infusiones sin azúcar.
  3. Bebidas con cierto contenido calórico y nutrientes de interés. Zumos de frutas naturales y de verduras (gazpacho, tomate...), y caldos. Zumos comerciales a base de fruta (cien por cien). Leche o productos lácteos líquidos bajos en grasa sin azúcar. Sustitutos de leche bajos en grasa. Cerveza sin alcohol. Bebidas para deportistas. Té, café o infusiones con azúcar.
  4. Bebidas refrescantes carbonatadas o no, endulzadas con azúcar o fructosa.

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