jueves, 3 de mayo de 2012

Describen un mecanismo para frenar la migración de las células del glioblastoma || El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad Describen un mecanismo para frenar la migración de las células del glioblastoma

Describen un mecanismo para frenar la migración de las células del glioblastoma

 
(04/05/2012) - E.P.

El glioblastoma se diagnostica aproximadamente a diez mil estadounidenses cada año y es tan agresivo que el promedio de vida después del diagnóstico es de tan sólo 15 meses

Un equipo de investigadores ha descubierto que una proteína, que transporta sodio, potasio y cloro, puede aportar pistas sobre cómo el glioblastoma, el tipo más común y letal de cáncer cerebral, se desarrolla e invade el tejido cerebral cercano. Los resultados, publicados en PLoS Biology, también sugieren que un fármaco de bajo coste, ya existente en el mercado, podría frenar el crecimiento de las células del glioblastoma.

El mayor reto en el cáncer de cerebro es controlar la migración de las células cancerosas, afirma el director del estudio, Alfredo Quiñones-Hinojosa, profesor asociado de Neurocirugía y Oncología en la universidad Johns Hopkins, en EE.UU. El investigador añade que, si se logra el control de estas células antes de que lleguen a otras partes del cerebro, se lograría que los tumores malignos fueran más manejables, y mejorar, así, la esperanza y la calidad de vida de los enfermos. Este nuevo descubrimiento nos acerca a un tratamiento.

El glioblastoma se disemina al tejido cerebral sano de manera rápida, haciendo que las curas quirúrgicas sean prácticamente imposibles.

En la búsqueda de maneras de prevenir o limitar la propagación, los investigadores se centraron en una proteína llamada NKCC1, que se encuentra en las células tumorales humanas, y también en las células tumorales inyectadas en modelos experimentales. La proteína NKCC1 transporta sodio, potasio y cloro, y regula el volumen celular.

El equipo de Quiñones-Hinojosa observó que las células con más NKCC1 parecen moverse más, ya que la proteína facilita que las células tumorales se propulsen a través del tejido. Cuanta más cantidad de esta proteína se encuentra en la célula tumoral, más rápido se mueven las células del glioblastoma. Por el contrario, cuando NKCC1 se encontraba ausente, las células se adherían a las células circundantes. Esta mayor adherencia mantiene a las células ancladas en un mismo lugar, impidiendo el aumento de la migración.
En los experimentos, los investigadores bloquearon la proteína, frenando, así, la migración de las células tumorales. Menos movilidad, según afirma Quiñones-Hinojosa, significa menos invasión del tejido circundante.

Para bloquear el canal de la proteína, el equipo utilizó la bumetanida diurética, utilizada rutinariamente para reducir la inflamación y la retención de líquidos. Añadido a cualquiera de las células tumorales en el laboratorio, o a las células tumorales humanas en modelos de laboratorio, el fármaco bloqueó el transportador de NKCC, y desaceleró el movimiento de las células. Con células menos invasivas, señala Quiñones, los tumores son más fáciles de extirpar quirúrgicamente.

Los investigadores también observaron que a menos cantidad de proteína presente en las células, menos agresivo es el tumor. Esto sugiere que NKCC1 no sólo contribuye a la invasividad de los tumores, sino que también sirve como un marcador potencial para el diagnóstico.

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