jueves, 19 de abril de 2012

Las mujeres en prisión son más obesas - DiarioMedico.com

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ESTUDIO HECHO CON MÁS DE 60.000 PERSONAS

Las mujeres en prisión son más obesas

Un primer estudio sistemático sobre dieta, ejercicio, sobrepeso y obesidad en la población que se encuentra en prisión muestra que las prisioneras son más obesas que el resto de la población, mientras que los prisioneros son más delgados.
Redacción | 20/04/2012 00:00



Las patologías no transmisibles cada vez más se ven como un problema de salud global, algo demostrado por una creciente prevalencia de afección tales como ictus, cardiopatías, diabetes, cáncer y patologías respiratorias. Los cuatro factores de riesgo modificables que pueden influir en este hecho son el tabado, el alcohol, una inadecuada actividad física y la dieta, siendo estos últimos los factores examinados en los prisioneros que formaron parte de la investigación.

Los científicos del departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, que evaluaron a más de 60.000 personas de 884 cárceles en 15 países, descubrieron que los prisioneros son menos propensos (entre un 17 y 67 por ciento) que el resto de población masculina a sufrir obesidad, mientras que las mujeres americanas y australianas en prisión tienen un 18 por ciento más de posibilidades de tener sobrepeso. Esto sólo es factible en Estados Unidos y Australia, ya que las prisioneras británicas son menos propensas a tener obesidad.

Los datos relacionados con la actividad física son sólo válidos para Australia y el Reino Unido. Sin embargo, en éste último sus resultados son diferentes, ya que a sus prisioneros se les recomienda en menor medida pautas para la realización de ejercicio físico en comparación con los prisioneros australianos. "Esta diferencia no son atribuíbles a las diferencias culturales, sino en que tiene que haber algo inherente en la estructura del entorno de la prisión que permita a los prisioneros autralianos ejercitarse", ha explicado Katharine Herbet del departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford y autora del estudio.

"Los análisis de la dieta de los prisioneros muestran que la alimentación de aquellos que viven en países desarrollados contiene altos niveles de calorías, mientras que la de las mujeres en prisión proporciona un exceso sustancial de la energía. La evidencia sugiere que las prisioneras se alimentan con una dieta diseñada para hombres", ha añadido Herbet.

Por tanto, la especialista concluye que "las prisiones presentan una oportunidad de salud pública para mejorar la salud entre los grupos vulnerables que son difíciles de integrar en la sociedad. Los costes para los individuos y la sociedad de fracasar en asuntos de salud pública tienen más posibilidades de ser sustanciales. Sin embargo, en vista del interés reciente en las enfermedades no transmisibles, llamo a la acción y el reconocimiento de las desigualdades sustanciales en el acceso a la prevención de dichas patologías entre los diferentes países, ya que se trata de una oportunidad para que las prisiones de todo el mundo jueguen un papel importante de la prevención de estas afecciones".

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